Estimados Conciudadanos, les prometo WiFi gratis para todo Chile.
Siempre he pensado que la economía de un país se mide en la cantidad de queso de las empanadas de queso, valga la redundancia. Es el mejor barómetro, como también lo es la cantidad y calidad del manjar en los cuchuflís.
Cada 4 años, tenemos la posibilidad de soñar con un mundo perfecto, en que los 17 millones de chilenos podemos ser todos gerentes, aunque sea de nuestra casa. La propaganda política, a menos de un par de semanas de las elecciones, ofrece la posibilidad de tener, aunque sea, una mínima posibilidad de que se cumplan todas las promesas que hablan de un mundo mejor, de un mañana en el que podré comprarme una tele mucho mejor con el bono del gobierno, o, donde las “palomas de la economía” no nos caguen cada vez que puedan.
Mientras más criticamos a los políticos, menos vamos a votar ese día y es que el temor, miedo, angustia, terror, que produce la posibilidad de ser vocal de mesa “no se la damos a nadie”. Excelente ejemplo de deber cívico.
Todos a Votar…!!!
Los jóvenes, el principal bastión de una educación “gratuita y de calidad”, demuestra muy poco interés en las urnas, por lo menos no el mismo que por los carretes. Parece que estuviéramos condenados a tener los políticos que nos merecemos: los que tuvieron la oportunidad de gobernar, pero se les quedó el gobierno en el “tintero”, los que les avisaron a los delincuentes que la fiesta terminaba, pero sólo era el tiempo de los comerciales.
¿Tan buen político es el personaje de la TV que llega a vivir temporalmente a un lugar para “empaparse” de sus problemas y realidad?. Una buena campaña es mejor que un político, porque al menos, por pocos días, tienen la solución para todos los problemas de los 17 millones de chilenos que administran las acciones de la bolsa, pero la del pan. Importa esa idea “creativa y revolucionaria”, pero que no tiene respuesta ni fundamentos de cómo hacerla.
Hace unos días el gobierno y su candidata, plantearon la posibilidad de hacer una especie de “Observatorio Judicial”, en el que se pudiera monitorear el actuar de los jueces en cómo aplican la justicia. Como era de esperar, los jueces, reaccionaron con una gran molestia, como si en el “Olimpo” estuvieran prohibidos los telescopios. Un grupo de astrónomos llevaría la estadística de cuántas veces va a pasar un delincuente por la puerta giratoria. También deberá sacar conclusiones del lugar exacto en que los “Agujeros Negros” se tragaron los principios fundamentales de las víctimas, los que hacen que los traficantes vivan tranquilamente con toda su opulencia, ante la mirada atónita de los pobres honrados que trabajan de sol a sol. Por qué el ladrón que entra a robar a la casa de un juez se le aplica todo el rigor de la ley, pero el que entra a robar o a destruir el almacén de la Sra. Juanita se encuentra con una justicia ciega, sorda y muda.
Imposible no admirarse de la “ternura” e inocencia de aquellas personas que cometieron grandes crímenes, pero hoy son algo así como “víctimas de la justicia” en sus cárceles vip y con parrillas para asados. Que terrible debe ser vivir una condena en una cárcel de 5 estrellas y con control remoto…Snif.
El “Observatorio Judicial” estaría encargado cuántas veces puede entrar y salir un delincuente por la “Puerta Giratoria”.
Mientras no tengamos una opinión clara y profunda de la política, nos seguirán metiendo el lápiz grafito en el ojo. Cada votante puede conseguir en sí todo lo que quiera, pero con mucho trabajo y sacrificio. “No importa quién salga presidente, hay que trabajar igual”. Sólo un milagro logrará que la política tenga buenos políticos, como en los buenos tiempos, como en la película “Gladiador” o “Alí Babá y los 40 Ladrones con Corbata”.
Por ahora, me conformo con ver la propaganda electoral filmada en HD, en la que los candidatos comparten con el pueblo (incluso algunos los tocan) sin tratarlos como “mutantes”, esa que parece un “PowerPoint” de todos los partidos políticos, esa que hace soñar con la “educación gratis y de calidad”, el fin de la delincuencia, el fin de los abusos del comercio, el sueldo soñado para toda la vida, pero sin necesidad de ganárselo en un raspe, trabajo para todos (incluso para los que no quieren trabajar y por nada del mundo quieren perder su antigüedad de cesantes o hacer el currículum. Esos que esperan el llamado de las “600 Lucas Líquidas”). Salud sin filas ni listas de espera, en el que te distribuyan ágilmente el Paracetamol o el Viadil, según corresponda.
En estas elecciones tienes la oportunidad de elegir a los políticos de turno para reírse de ti por los próximos 4 años. No faltes.