«Nos protegemos del amor, intentamos no darlo… Buscas cariño a lo largo de la vida y no consigues colmarte…»
Reseña escrita por Maudy Ventosa.
El País escondido narra la historia de una niña que apenas habla, solo dibuja con sus rotuladores mágicos lo que quiere que ocurra, la realidad que quiere cambiar. Son sus milagros… Los milagros de Maggie, la protagonista de esta historia…
Es imposible no emocionarte escuchando hablar a Martín de la génesis de su libro, que arranca de una historia real, de la vida de una pequeña que creció sin afecto durante su primer año de vida en un orfanato, lo que le provocó un trastorno psicológico que le ha impedido crecer emocionalmente. Nos cuenta también, que tiene la fortuna de tener una sobrina con síndrome de Down… son puro amor… tienen un cromosoma que nos falta a nosotros; además, tiene un familiar que padece alzheimer… quería pasear mis demonios... y me ha ayudado mucho. Se preguntó qué le pasaría a una niña que solo tiene a su abuelo que empieza a olvidarse de quién es…
El Bilbao de los años 80 aparece como un personaje más. Es un Bilbao sucio que padece una inundación; son los años del plomo, de las barricadas, de los atentados, de los contenedores quemados, de las pelotas de goma, de los muros con pintadas, de los muros invisibles que separan, de la violencia… de los yankis, como llama el abuelo a los yonkis de la droga… Y a pesar de toda esa realidad impresionante, hay una eclosión de creatividad… no futuro, se vivía el presente. Explotó para lo bueno y para lo malo. Esa es la mirada de Maggie, la de una niña que no juzga, que no ve los muros, solo personas. Esa mirada me resulta necesaria y fundamental. Él también era un niño en los años en los que se desarrolla la novela… Tal vez sea un mecanismo de defensa porque Maggie solo ve sonrisas y llantos.
Maggie es una niña hacia dentro; tiene amigos invisibles y fantasmas que aparecen en la húmeda pared… con ellos sí habla. Es la niña de la luna, o mejor, de las dos lunas. La suya y la de los demás… dos cielos y todo conectado… entendí la cosmogonía mágica… Dibuja la realidad que siente, que anhela, que quiere que suceda, como cuando dibuja al abuelo y le quita las arrugas… Cuando escribía la novela, sabía que tenía que dibujar esos milagros… Y ahí es donde aparecen “las dos historias”: la que se lee y la paralela que está en los dibujos llenos de color de Isabel Holgueras, una mujer que posee también un cromosoma de más en su ADN, un tesoro, porque creo que en el se encuentra el secreto de la bondad y el amor incondicional… y que también se expresa a través de los dibujos. Sin Isabel, Maggie se habría ocultado tanto que no aparecería.
Pero las duras circunstancias de Maggie, la realidad, harán que tenga que tomar decisiones y confiar en los pocos amigos que tiene, porque para protegerla, las funcionarias quieren separarla de su querido abuelo, el pirata, el marino, el pescador… que se está olvidando de todo. Hasta de su nieta.
Juntos buscarán a su madre preguntando a los yankis por si acaso la conocen; navegarán por la ría en el Aingerutxo, porque le contó su abuelo, que su madre era una sirena que tuvo que volver al mar… La fantasía de los niños no tiene límite, y el mundo de Maggie era mágico hasta que empieza a desmoronarse, precisamente ahora que los compañeros del colegio han dejado de meterse con ella. Antes no veía muros, ahora tendrá que construirlos para que no la encuentren…
Hasta el día que el abuelo recuperó el tesoro y abrió la puerta. Desde entonces Maggie ya no pinta dos cielos, sino uno majestuoso en el que caben todos: los vivos, los fantasmas y los que se fueron. Un lugar acogedor hasta para los recuerdos.
Magia, emoción y ternura. En los textos y en los dibujos.
PERSONAJES:
- Maggie Ugartechea McLean tiene doce años, cara despejada, cabellos rojos y mirada violeta… y poderes sobrenaturales: hace subir la temperatura del termómetro y dibuja milagros en el papel con sus rotuladores mágicos. Solo mira a los ojos a su abuelo. Pasa largas temporadas en la luna y baila con Mika, su amiga invisible. Lo que más la gusta… es abrazar a su abuelo.
- Juan Ugartechea Elordi es su abuelo y era marinero por la mañana y pirata por la tarde, como demuestra su larga barba y sus cejas pobladas. Parece que tiene un cable medio suelto en la cabeza, porque a veces funciona y otras no. Huele a salitre y a recuerdos.
- Jon es el vecino de arriba y dice Maggie que “es más tonto que un zapato”, pero es tan inocente como ella. Le obliga a taparse la cabeza con un jersey para hablar con ella. Descubre que sí puede confiar en él. Será su primer amigo real, de carne y hueso. Tiene las piernas flacas y largas y la cabeza pequeña. Si fuera un árbol, sería un fresno porque carece de espinas…
- Los amigos invisibles de Maggie son Mika, la niña hecha de aire con la que baila, y después el fantasma que aparece “dibujado” con forma de cara, por la humedad, en la pared. Será su confidente y le contará sus problemas con las funcionarias y con la enfermedad del abuelo.
Y la madre que la abandono porque era sirena, Agnes; y el yanki Pisacolillas, y el Chachacha… y más…
SINOPSIS de la editorial:
Maggie es una niña muy tímida que vive en su mundo, protegida por una fantasía desbordante que entre otras cosas le hace creer que todo lo que dibuja con sus rotuladores mágicos se convierte en realidad. Es una suerte que vea la vida así, ya que su historia es triste: su madre la abandonó cuando era bebé y se ha criado con su abuelo, con el que se siente feliz en su castillo, en una casita diminuta. Pero el abuelo se está olvidando de quién es, padece demencia senil, y las asistentes sociales del ayuntamiento quieren separarlos, enviarlos a cada uno a un centro. Maggie no lo puede permitir, el abuelo es todo lo que tiene, y decide ir en busca de su madre, pues es la única que puede evitar que los separen. Ya no cree que sea una sirena, como le contaba el abuelo de pequeña; una sirena que tuvo que regresar al mar porque no podía respirar fuera del agua. Ha encontrado droga en una caja que le pertenecía y, desesperada, se lanza a las calles de aquel Bilbao de plomo con el propósito de dar con algún drogadicto que la conozca y los conduzca a ella. Afortunadamente, no está sola ante el peligro: la acompaña su abuelo, que disfruta de esa búsqueda por los bajos fondos de una ciudad llena de barricadas como si fuera una aventura fabulosa.
Le ayudarán también un vecino de su edad, tan inocente como ella, y un fantasma que vive en la pared de su dormitorio, con el que comparte todos sus secretos. Cuenta además con el poder de sus dibujos milagrosos, con los que intentará salvar su mundo, un mundo lleno de magia, del que, no obstante, deberá escapar para volver a ser feliz.
Lee y disfruta de un fragmento de la novela.
El autor:
Martín Abrisketa (Bilbao, 1967) es periodista, guionista y reportero gráfico. En 2015 dio el salto a la literatura con la exitosa La lengua de los secretos, una novela en la que contaba las aventuras de un niño travieso, su propio padre, vivió la Guerra Civil española como si se tratara de un juego. Además del éxito comercial, recibió el elogio unánime de la crítica. En esta su segunda novela, El país escondido, el autor profundiza en la fantasía de esa mirada infantil, fijándola esta vez en los años de plomo del País Vasco. Una novela especial, tierna y potente al mismo tiempo.
El libro:
El país escondido ha sido publicado por Editorial Planeta en la Colección Autores Españoles e Iberoamericanos. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta, tiene 192 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo el booktrailer de El país escondido de Martin Abrisketa publicado por Editorial Planeta.
Para saber más:
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