Este es un paisaje sorprendente porque además de mágico no es real, recreado por la artista Eszter Burghardt tras su experiencia vital y artística en Islandia, se trata de un paisaje imaginado por Eszter y que se inspira en la geología y especial morfología de las tierras islandesas con la particularidad de estar escenificado con lanas, semillas, café, leche y una pizca de ensoñación...






