
"Mi padre tomaba grandes tazones de café negro y llevaba siempre camisetas sucias que olían a alquitrán y a mi madre le decía lisonjas cuando quería algo, ternezas como prenda o encanto o princesa, pero voceaba furioso insultándola, llamándola perra asquerosa y cosas peores cuando ella se retardaba, y lo hacía con una voz ofensiva y metálica, agitando sus brazos inmensos, pero mi madre nunca le contestaba, jamás le decía una palabra de réplica, ni siquiera perdía su expresión de gratitud perenne."
Hay títulos que, por algún motivo, me llaman la atención y me resulta imposible salir sin ellos de la librería. Eso es lo que me pasó con este, y ni siquiera me planteé leer la sinopsis. Hoy traigo a mi estantería virtual, El palacio azul de los ingenieros belgas.
Conocemos a Nalo en septiembre de 1972, momento en el que entra a trabajar en el palacio que da título al libro como jardinero. Desde ese momento y hasta 1934 acompañaremos a este Nalo jardinero, observador, al niño que crece en una época convulsa en España. Veremos un universo desplegarse ante sus ojos en un puñado de personas con sus sentimientos y temores.
El palacio azul de los ingenieros belgas fue la novela ganadora del prestigioso premio Gijón en el año 2003. Un premio que, si alguien me preguntara mi opinión, tiene muy poca repercusión para la fama literaria del lugar y sus tertulias, y que ha dejado títulos que siempre merece la pena ser descubiertos. Y un ejemplo perfecto es el título de Fulgencio Argüelles, un nombre que me era totalmente desconocido hasta verlo impreso en la cubierta de mi reciente adquisición.
El lector avezado rápidamente se dará cuenta del contexto histórico de este libro, de lo sucedido en Asturias, de Primo de Rivera.. pero no por ello hay que pensar en una novela que habla de guerra o preguerra, porque en realidad lo que estamos es ante una novela de iniciación de un Nalo que no deja jamás de ser quien tiene la palabra como narrador, y que irá descubriendo el mundo adulto, el amor, el sexo, la amistad y los secretos, pero en un momento muy especial. Una época en la que es cierto que llegaron personas como estos ingenieros, a Asturias, a trabajar y explotar las riquezas del lugar. Y que generaron una serie de contrastes respecto al modo de vida y poder adquisitivo, y de esto, nuestro Nalo, porque pronto se convierte en nuestro de la forma en que lo hacen los personajes entrañables, es testigo de excepción. Por supuesto que se ven afectados por la guerra, una guerra que provocó el dolor y la muerte de los sueños de muchos, y el autor, a través de ese pequeño universo que rodea al palacio, es capaz de elevar una voz anónima de lo que fuera la vida de muchos. Ahora mismo, mientras hago un repaso de la lectura, no puedo hacer otra cosa que sonreír ante esa aspiración de poseer una enciclopedia que nos es mostrada en un momento dado y que percibimos con casi candor.
Los personajes, ese componente del que se suele hablar con términos como perfilados o profundos, son el eje principal de la historia. No hay uno solo que aparezca al azar, incluso los secundarios tienen una importancia vital para los hechos que nos relatan. Y se ven arropados por descripciones espléndidas y, sobre todo, por una prosa cuidada hasta el extremo convirtiendo la lectura en un placer por el simple hecho de leer las formas del autor. Así disfrutaremos con los abuelos, la hermana, con Julia, los ingenieros y sus familias... y con cada una de las situaciones que provocan. Y así lo sentirá el lector mientras percibe un cierto aire a novela de formación casi victoriana, cosa que hará desde el momento en el que la sensualidad asociada al crecimiento, viene a impregnar algunas de sus letras, sin por ello desanclarse del momento histórico en que se produce.
El palacio azul de los ingenieros belgas es una gran novela, de esas que parecen haberse perdido en el tiempo frente a la marabunta de novedades de las mesas libreras y que, tal vez y precisamente por eso, proporciona un placer privado en el lector que se decide a descubrirla y se alza como abanderado del título, resuelto a recomendarlo orgulloso. Un tipo de libro que es muy poco habitual que venga firmado por un autor patrio.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.
