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PRESENTACIÓN DE UNA OBRA EMBLEMÁTICA
El acceso al público será limitado a un máximo de 1.000 personas diarias por motivos de seguridad
CRISTINA SAVALL / Barcelona
El Palau Güell, considerado la semilla de toda la arquitectura de Antoni Gaudí, reabre el 25 de mayo sus puertas tras una profunda restauración que lo mantenido cerrado estos últimos siete años. El precio de la entrada será de 10 euros tras previa reserva, ya que por motivos de seguridad al carecer de escaleras de incendio las visitas no podrán superar las 1.000 personas diarias.
La Diputació de Barcelona ha invertido en las obras 9 millones de euros para volver a dar el brillo original a este monumento cercano a la Rambla, que aún estando cerrado despierta el interés de cientos de turistas que cada día acuden a contemplar su fachada. El recorrido comenzará en la entrada de carruajes y el antiguo establo del sótano, hasta alcanzar el solemne salón principal que acogía tertulias literarias y conciertos, y las habitaciones privadas. El terrado, con sus 22 chimeneas de vivos colores, es el último recinto que se visita.
El origen del edificio, que fue declarado patrimonio mundial de la Unesco en 1984, está en el encargo que el industrial, político y burgués barcelonés Eusebi Güell hizo en 1885 a Gaudí para su nueva residencia en un lugar cercano a la Rambla, en la que viviría casi 20 años con su mujer y sus ocho hijos, hasta que en 1910 se instaló definitivamente en su casa del Park Güell. El palacio destaca por su innovadora concepción del espacio y por el tratamiento de la luz. El arquitecto introdujo soluciones basadas en planteamientos muy personales, y formas expresivas fruto de su imaginación a partir del uso de materiales nobles como la piedra, el mármol, la madera, el hierro forjado y los metales y el vidrio.
Mercè Güell, hija del industrial, cedió en 1945 el palacio a la Diputació, propietaria desde entonces del inmueble, que realizó ya una importante restauración, sobre todo en la fachada, en 1982. A raíz de un desprendimiento de material de revestimiento de uno de los techos del salón central, en el 2004 se cerró el acceso. Desde entonces se ha acometido una restauración integral que partió de un estudio profundo realizado por dos universidades públicas catalanas. Antoni González, jefe del patrimonio arquitectónico de la Diputació de Barcelona, asegura el Palau Güell marca el inicio de la arquitectura moderna en Europa, que en esa época era la más importante del mundo. "Gaudí fue revolucionario, es el punto de partida del modernismo por las formas parabólicas, el juego de columnas y por la fluidez de los espacios. No hay antecedentes.