Se acabó la Semana Santa. En nuestra ciudad es una tradición tan arraigada que, creyentes y no creyentes, la mayor parte de los sevillanos participan y disfrutan de ella de una u otra manera: haciendo penitencia o admirando la belleza de las imágenes religiosas que procesionan. Ahora que las cofradías han llegado a su fin, casi enlazamos con una fiesta bastante más mundana, pero igual de vistosa. En dos semanas la Feria de Abril dará comienzo, y el nexo de unión entre ambas celebraciones es la apertura de la temporada taurina, que se inaugura la misma tarde del Domingo de Resurrección. Aparte de las consideraciones que puedan provocar las corridas de toros, a nosotras nos gusta el ambientillo que se vive en la plaza, el colorido, los capotes, las banderillas, los trajes de luces, las medias rosas del matador, las "taleguillas" que cubren sus partes "pudendas"... Si, si, que en todo hay que fijarse, hombre. Pero hoy no son esas taleguillas las que os vamos a mostrar, que estaría feo. Hoy son las talegas las que guardan nuestro más preciado manjar... ¡el pan! ¡con lo que engorda! Ya hablamos de otra forma de almacenar el pan diario en preciosas paneras de cocina, pero ahora toca colgarlo, que así se traduce la palabra talega de su árabe original.
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Y volvemos a nuestra rutina con ganas renovadas, que el agotamiento ha pasado a mejor vida y estábamos deseando abrir nuestra mente a nuevas inspiraciones. ¡Feliz Lunes!