Revista Comunicación

El Papa Francisco, la nueva imagen de marca de la Iglesia

Publicado el 14 abril 2013 por Mkdestructivo @MkDestructivo

Lleva poco tiempo en el cargo y ya ha revolucionado el Vaticano. En este poco tiempo ha conseguido que la iglesia esté más cerca de sus fieles y lo más importante con sus gestos de humildad ha dado una nueva imagen a una institución rancia que tiene innumerables problemas internos. Claro está que no le podremos comparar ni con David Beckham, ni con Phleps, y ni siquiera con Messi… porque además de crear una nueva imagen tendrás que gestionar una de las instituciones más antiguas del mundo.El Papa Francisco, la nueva imagen de marca de la IglesiaLo que más me gusta de Jorge Mario Bergoglio es que domina a la perfección el arte de las persuasión, Zig Ziglar decía “puedes tener todo lo que quieras en la vida si ayudas lo suficiente a otras personas a conseguir lo que desean” y eso es lo que esperan los cerca de 1.200 millones de fieles repartidos por todo el mundo que esperan a un líder cercano  que les den esa paz espiritual que tanto necesitan para afrontar su problemas diarios.
Además de dominar la persuasión, entiende el marketing actual, un Papa que comprende perfectamente sus fieles y que les ofrece eso que ellos quieren. Da la sensación que concoe perfectamente el posicionamiento y la gestión de la marca que hemos estado oyendo desde que Roser Reeves (Reality in Advertising) identifico la proposición única de venta (USP, Unique Selling Proposition),  y que David Ogilvy (Confesions of an advertising Man) centró en la personalidad de la marca, y que cuando Trout y Ries (Positioning) crearon el concepto de posicionamiento como el espacio perceptual de la mente del consumidor. Y es que los gestos del nuevo Papa no hacen más que mostrar una nueva imagen de la iglesia, desde el hecho de ser el primer Sumo Pontífice sudamericano, el primer Papa no europeo en 1.300 años y el primero que adopta el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asís, el santo del siglo XII que rechazó la riqueza para seguir una vida de pobreza. Se presentó al mundo con una sotana blanca simple, y con la muceta (esa pequeña capa que cubre los hombros) también blanca y no roja como sus antecesores. Quiso quedarse en la casa de Santa Marta, no vivir en los palacios pontificios. Mostró la continuidad y fidelidad a sus antecesores, que va más allá de las diferencias de personalidad o estilo, las imágenes del encuentro con Benedicto XVI son quizá las más impactantes de este inicio de pontificado. Se ha mostrado cercano a todos, pero sobre todo a los más necesitados y a los enfermos por los que siente una predilección especial. La imagen del Papa sonriente lavando los pies de los presos de una cárcel de menores la tarde del Jueves Santo impactaron a todo el mundo.
Un Papa espontaneo que tiene todo calculado.

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