Estoy fascinada por la falta de miedo de este Papa y por las agallas que está demostrando tener, la verdad. El "Papa rebelde", bendición para unos y simple pose para otros, ha decidido que no le preocupan en absoluto las miradas de recelo que los Cardenales y Obispos le deben de dedicar cuando va por los pasillos, y ha vuelto a poner el puño sobre la mesa para pedir pollo en vez de perdiz para comer. Probablemente, mientras estoy escribiendo este post, ya se hayan celebrado unas veinte reuniones en los sótanos del Vaticano, esos que están adornados con dianas con la foto del Papa en medio de ellas, para tratar el asunto del "Papa descarriado" o del " Papa que nos va a jod... todo este tinglado que tanto nos ha costado conseguir a base de herejes quemados y amenazas de castigos divinos.
Se podrá ser creyente o no, lector, ahí no voy a entrar, porque cada uno tiene sus creencias y para mí son respetables todas, pero lo que no se puede negar es que el "Papa rebelde" no ha parado de tocar las narices a los miembros de los lobbies del Vaticano, esos que viven muy bien a costa de un mensaje de humildad y de entrega que ellos no siguen en absoluto. Desde su nombramiento, y siguiendo el dogma de amor y de igualdad de Jesús de Nazaret, ha lavado pies a menores convictos, ido en autobús, se ha hecho su comida, ha dicho que él no es quien para juzgar a las personas por su opción sexual (los periodistas que estaban delante de él cuando dijo esto sufrieron shoks traumáticos y diarreas repentinas y virulentas) y ha rechazado el Papa móvil (es como el Bat móvil pero blanco, acristalado por arriba y super lento), la residencia habitual de los Papas ( muy sencilla ella, claro que sí...) y el anillo del pescador de oro.
Algunos creerán que exagero cuando digo que me preocupa el Papa, pero solo hay que echar la vista atrás y ver cómo han acabado todos los que estando en el poder han intentado defender la igualdad y la libertad para entender mi preocupación. Puede que el "Papa rebelde" no tenga miedo, como tampoco lo han tenido nunca quienes han defendido el derecho del ser humano a vivir con dignidad a costa de lo que sea, pero yo sí tengo miedo por él. Está saliéndose demasiado del molde, y sus ideas de libre pensador van a acabar siendo su perdición. Solo espero que ahora que el número dos del Vaticano es alguien de su confianza ( o eso dicen... Ya veremos...), esté un poco más protegido y que haya alguien que pruebe su comida antes de que se la den. Solo espero que mis sospechas sean tan solo el fruto de mi mente paranoide y conspiradora y que todo sea una opinión sin fundamento más, como muchas de las que suelo tener. Solo espero eso... Mientras tanto, voy a escribir una carta al Papa ( no sé si le llegará) para proponerle que cuando salga a hablar a la Plaza de San Pedro a las masas, en vez de poner música celestial, hagan sonar tras él la canción "rebel rebel" de Bowie... A ver qué me dice...
Voy a hablar sobre política y después me voy a compra un chaleco antibalas...