"El odio, la envidia y la soberbia ensucian la vida".
Palabras del Papa Francisco en su homilía de 19 de marzo.Hablando de Soberbia, no sé si recordáis el sujetador de Victoria´s Secret de 2,5 millones de dólares, con el que inauguré esta sección el 24 de diciembre pasado. Si lo queréis volver a ver, y disfrutar, podéis hacer click en la etiqueta de mi pecado y retroceder hasta la primera entrada. Y ahora, decidme, aquel derroche de diamantes, zafiros y rubíes, ¿no recuerda un poco a lo que lleva el ahora Papa Emérito, en esta foto?No sé si son joyas preciosas las que luce, ni lo que pueden costar, pero seguro, seguro, que no es poco, aunque no llegue a los 2,5 millones del escandaloso sujetador.Y ahora, poniéndose un poco serios, ¿nunca os ha parecido un poco injusto el derroche de fastos y vestuarios de la Iglesia Católica? Creo que no somos pocos lo que pensamos que menos sombreros y estolas bordadas en oro, menos zapatos rojos, mármoles y abrumadoras obras de arte en el Vaticano, y más presupuesto para Cáritas, por favor, que es uno de los pocos organismos que sí funciona en la Iglesia y cumple con su misión.¿Envidia? Sí, claro, envidia de ver a todos estos señores reunidos en la Capilla Sixtina, escoltados por esa colorida Guardia Suiza, pero... Volvemos al derroche...
Odio, no, no me voy a meter en el odio, sería internarse en honduras demasiado profundas y que no queremos tocar en este blog, en el que a veces protestamos y pataleamos, pero siempre buscando entretener y nunca polemizar en exceso.Solo me queda desear que el nuevo Papa, el hombre que rechazó la estola y los zapatos rojos, el que fue personalmente a pagar la cuenta de su hotel y se baja del coche para saludar a la gente; ese hombre que denuncia el odio, la envidia y la soberbia, lo haga teniendo en mente a sus antecesores y sus actos, y de verdad comience la reforma que tan arcaico, paralizado y enlodado sistema precisa.