El Papa ha dicho que a los corruptos hay que atarles una piedra al cuello y tirarlos al mar.
En España ha saltado la alarma debido al gran número de católicos que habitan el país.
Greenpeace se ha pronunciado: “Tememos que desaparezcan las montañas en España si la gente la propuesta del Papa tiene efecto, no tenemos tantas montañas!”