Revista Opinión

El Papa y el Año Caro Jacobeo.

Publicado el 26 octubre 2010 por Santiagomiro
El Papa y el Año Caro Jacobeo.
El Papa viajero.

El Papa y el Año Caro Jacobeo.
"Nosotros no te esperamos". Pancarta que se observa en algunas ventanas de Santiago.


Mal ejemplo muestra La Xunta de Galicia (PP) y el Gobierno central que, dentro de dos semanas, se gastarán tres millones de euros para que Benedicto XVI esté siete horas y 45 minutos en Santiago de Compostela, participado en la celebración del Año Santo Xacobeo (más recordado a partir de esta fecha por el Año Caro Xacobeo). Por cada minuto que el representante del Estado del Vaticano, además de jefe de la Iglesia, esté en esta ciudad, el Gobierno central y el gallego, quienes no dejan de aconsejar el recorte del gasto público, gastarán 6.451 euros. Un desembolso mucho menor que el de la visita papal a la Ciudad Condal, el 6 y el 7 de noviembre, en la que sólo se gastará 1,8 millones de euros, casi la mitad de la Xunta. Cantidades que pagaremos entre todos los españoles, seamos gallegos, madrileños o canarios, seamos creyentes o ateos declarados.
La oposición exige a Feijóo que detalle a qué se destinará este dinero. El Ejecutivo gallego recuerda que el presupuesto inicial de cuatro millones se ha recortado en un millón, pero no precisa en qué se gastará esa exorbitante cantidad y sólo a posteriori está dispuesta a darlo a conocer. Será –añade el PP gallego, con cierto énfasis– una “empresa independiente” quien elabore un informe con el balance de gastos y conclusiones. La única información que ha desvelado la Xunta es que la mitad del coste se destinará a la retransmisión de los actos, a cargo de la radiotelevisión pública (CRTVG), quien distribuirá la señal a todo el mundo. El paso del Papa por Galicia se retransmitirá en nueve pantallas gigantes que se colocarán en las calles de Santiago. Sólo en la corriente eléctrica que se necesita para este dispositivo se gastarán 218.300 euros. Y los 500 empleados que componen la plantilla del ente público, trabajarán o estarán de guardia ese día, movilizando 60 cámaras y siete unidades móviles digitalizadas. En cambio, la televisión pública catalana, que “sólo” retransmitirá 23 horas de visita del Papa a Barcelona, no gastará más de un millón de euros. La Xunta añade que el Ejecutivo deberá correr también con los gastos para atender al millar de periodistas de todo el mundo que se darán cita en la ciudad. Y advierte que, con el turismo que despierte el acontecimiento, se ganará diez veces lo gastado.
Para el diputado socialista, José Manuel Lage Tuñas, “hay mucho oscurantismo en el proceso de contratación”. Y el recorte del 25% en el gasto inicialmente previsto, “escudándose en una falta de austeridad”, se debe a una mala organización inicial. Sea lo que fuere, los colectivos cristianos de base han hecho pública una carta abierta dirigida al Papa en la que le piden que la Iglesia corra con la totalidad de los gastos de sus viajes “dentro de los límites de la austeridad económica”. Recuerdan que España es un “Estado aconfesional y plural” y que, por lo tanto, la Iglesia debe renunciar a sus “privilegios”. En una palabra, que si la Iglesia española quiere la presencia del Papa, que se lo pague ella. Y que deje de justificar el viaje con la excusa de que se trata de la visita de un jefe de Estado. Especialmente, cuando España y el Gobierno gallego o catalán no atraviesan una época de bonanza económica. Porque lo que no es de recibo es que la pertinencia de un gasto de tal magnitud sirva para respaldar un encuentro religioso en el marco de un Estado aconfesional. O, lo que es lo mismo, que a un jefe de un Estado ficticio que es, al mismo tiempo, jefe de una iglesia, se le permita realizar sus viajes pastorales a costa del Estado al que visita.


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