Hoy contamos con un nuevo artículo de Patricia, la compañera que realiza las prácticas con nosotros, el cual puedes leer a continuación, en esta ocasión hablando sobre como influyen las redes sociales en nuestra imagen corporal.
¿Cuántas personas usan redes sociales?
Según el Informe Global Statshot de usos digitales, a fecha de Octubre del año 2021, 4.550 millones de personas en el mundo utilizan redes sociales diariamente, lo que equivale al 57’6% de la población mundial.
En España, los datos aumentan considerablemente, siendo alrededor de un 80% de la población las personas que utilizan redes sociales de manera activa, ubicándose el mayor porcentaje de uso, con un 93%, en las personas de entre 16 y 24 años.
Las redes sociales acumulan cada vez más usuarios con el paso del tiempo desde su aparición, siendo las más utilizadas Facebook, WhatsApp, Instagram y TikTok, especialmente por la población más jóven y vulnerable.
¿Qué es y cómo se forma la imagen corporal?
La imagen corporal es la forma en la que las personas percibimos nuestro propio cuerpo, lo imaginamos, sentimos y actuamos en respuesta a esa percepción de nuestra apariencia física, por lo tanto, la imagen corporal consta de 3 componentes:
Perceptivo
Precisión con la que se percibe el tamaño del cuerpo
Actitudinal y/o afectivo
Emociones que despierta nuestro cuerpo en nosotros
Conductual
Cómo actuamos en relación a nuestro cuerpo
La percepción del propio cuerpo se puede encontrar alterada, por percibirse más grueso o más delgado de lo que realmente se está, lo que da lugar a una alteración de la imagen corporal, provocando ésto problemas emocionales.
La distorsión de la imagen corporal puede dar lugar a problemas alimentarios y/o emocionales
Estos problemas suelen aparecer con más frecuencia en el comienzo de la adolescencia, edad en la cual la mayoría de jóvenes se inician en el mundo de las redes sociales (aunque pueden haberse iniciado antes) y edad en la que se comienza a formar la propia identidad (y por ende, la autoestima), por lo que se considera una población más vulnerable en este tema. Sin embargo, cada vez las redes sociales son utilizadas por jóvenes de menor edad, dato alarmante en cuanto a su desarrollo personal.
Una imagen corporal negativa tiene un gran impacto sobre la autoestima , ya que la satisfacción corporal parece estar vinculada a la deseabilidad social y los cánones estéticos (si una persona no se considera acorde con los cánones de belleza, tiende a despreciarse y su autoestima puede disminuir considerablemente), llegando en ocasiones a desencadenar problemas emocionales como la depresión, o trastornos de la conducta alimentaria como son la anorexia o la bulimia nerviosas, o ambos a la vez.
¿Qué aspectos forman nuestra autoestima?
El rango de edad más crítico para el desarrollo de la imagen corporal se sitúa entre los 11 y 19 años, observándose un inicio de éstos cada vez a edades más tempranas.
¿Cómo influyen las redes sociales en la imagen corporal?
Numerosos estudios muestran que a medida que aumenta el uso de las redes sociales, aumenta también la incidencia de trastornos de alimentación asociados a una baja autoestima (especialmente en mujeres).
¿Por qué sucede ésto?
En las redes sociales podemos encontrar gran diversidad de contenido, y dado que son de fácil acceso y utilidad, cada vez son más protagonistas en la vida de los jóvenes, los cuáles las utilizan como forma de entretenimiento y socialización, sin embargo, los medios también las emplean mostrando publicidad a través de ellas, la cual, generalmente, va dirigida a mostrar el cuerpo estereotipado de la mujer y del hombre, y la alta visibilidad de esta publicidad puede llegar a generar en las personas (especialmente en adolescentes) una disminución de la autoestima por no percibirsen similares a los estereotipos que muestran los anuncios, que es lo que se considera «deseable socialmente».
El problema de las comparaciones
Por otra parte, dentro de las redes sociales también se pueden establecer comparaciones con iguales, con personas famosas o incluso ser víctimas de abusos y/o burlas en relación al aspecto físico.
Cuando un adolescente observa que otro/a adolescente, o un famoso tienen un número elevado de seguidores y/o «likes» en sus publicaciones, su deseo por ser igual o más popular en las redes (y en muchas ocasiones, también en la vida real) puede aumentar considerablemente, hasta llegar a desarrollar algún tipo de patología física y/o mental, al igual que ocurre en su grupo de amigos de la vida diaria, pues éstos (junto a la familia y la publicidad) son una gran fuente de transmisión de valores socioculturales.
¿Cómo afectan las redes sociales a la inseguridad que siento hacia mi pareja?
¿Cómo reconocer la posible aparición de éstos problemas?
Se deben observar los diferentes indicadores en el comportamiento de los adolescentes, sobretodo en casa y en el colegio o instituto, para poder hablar con ellos sobre lo que sucede y buscar ayuda profesional siempre que se crea necesario o conveniente. Principalmente, en el caso de los hombres se suele observar una insatisfacción muscular y obsesión por la musculación, mientras que en las mujeres esta problemática se suele asociar más con la delgadez (en muchos casos extrema).Por otra parte, si aquellos jóvenes que consiguen tener la imágen idílica a la que todos/as aspiran son los más admirados/as y seguidos/as, se puede aumentar su «sed» de popularidad, rigiéndose por normas demasiado estrictas para poder mantener el estatus conseguido en las redes sociales (y en su grupo de amigos), y si ese estatus disminuye, también pueden aparecer los problemas ya mencionados.
Puede ocurrir a cualquier edad…
Además, hay que tener en cuenta que no sólo los adolescentes o personas más jóvenes pueden sufrir este tipo de problemas de autoestima que deriven en trastornos más complejos, sino que esta problemática puede ocurrir en cualquier rango de edad si no se tiene una autoestima bien construída y plena conciencia de lo que conlleva el uso de las nuevas tecnologías.
En definitiva, el uso de las redes sociales e Internet, hoy en día, es algo casi inevitable, pero para que ese uso sea sano y enriquecedor para nuestros jóvenes, se deben utilizar de una forma adecuada (especialmente en función de la edad) y constructiva, para lo que es necesario muchas veces ejercer un control sobre ello, pues «la tecnología es un siervo útil, pero un jefe peligroso» (Christian Lous Lange).