Revista Salud y Bienestar

El papel del Médico de Familia en la amigdalectomía

Por Emilienko
El papel del Médico de Familia en la amigdalectomía
Quedó pendiente en el mes de noviembre, cuando hablamos de qué eran las amígdalas, explicar por qué se deben quitar.
En resumen y de forma no exhaustiva, las amígdalas se deben quitar en el cáncer de amígdala que se decide tratar quirúrgicamente (evidente), cuando las amígdalas obstruyen la vía respiratoria o se cree que originan un síndrome de apnea obstructiva del sueño (más evidente aún), tras dos o más episodios de absceso periamigdalino (que son unas infecciones serias de la faringe) y cuando hay amigdalitis de repetición.
Este último criterio, las amigdalitis de repetición o las "anginas frecuentes", como se llaman habitualmente, son las que hay generado más controversia en los últimos años porque, ¿cuántas amigdalitis al año justifican la extirpación de las amígdalas?
Unos señores llamados Paradise Y Bluestone, otorrinolaringólogos del Hospital Pediátrico de Pittsburg, respondieron a esta pregunta estableciendo unas directrices que tuvieron una gran repercusión mundial. Según ellos, una amigdalectomía está indicada cuando:
1. En el último año se han producido 7 o más amigdalitis.
o
2. En los dos últimos años se han producido 5 o más amigdalitis al año.
o
3. En los últimos tres años se han producido 3 o más amigdalitis al año.
¡Ojo! Para ellos un simple "dolor de garganta" no es una amigdalitis. Para que ellos consideren que una amigdalitis se beneficia de cirugía, debe de crear fiebre de más de 38ºC, adenopatías cervicales (ganglios en el cuello), exudado amigdalar (las popularmente llamadas "placas") o tener un cultivo positivo para una fastidiosa bacteria llamada estreptococo hemolítico grupo A.
Es decir, que para que unas anginas cuenten para quitar las amígdalas, no deben ser simples catarros con molestias al tragar.
Desafortunadamente, como residente de Otorrinolaringología, soy incapaz de objetivar estos criterios de "gravedad de las anginas" que hacen pensar en cirugía cuando atiendo a un paciente, porque rara vez los veo en fase aguda.
Menos mal que cuento con la ayuda de los médicos de familia y pediatras de Atención Primaria en esta tarea. Ellos están muy entrenados en el diagnóstico y tratamiento de las amigdalitis. Con frecuencia, he hablado de este tema con Rafi, una genial compañera (y amiga) que hace su residencia en Medicina Familiar y Comunitaria: los médicos de Atención Primaria han visto más amígalas con una infección activa que yo; que cuando las estudio, la infección ya se ha solido resolver.
Es importante concienciar a la población de que los beneficios de la operación de amigdalectomía se producen cuando ésta se indica bajo los criterios de Paradise y Bluestone; si no se cumplen los criterios, las infecciones faríngeas se seguirán produciendo prácticamente casi con la misma frecuencia, pero en forma de faringitis en lugar de amigdalitis.
Ajustarnos a estos criterios, ha ocasionado que la amigdalectomía se practique con mucha menos frecuencia que antaño y sólo en los pacientes en los que se supone que más se van a beneficiar de ella. Éste es un bonito ejemplo de trabajo en equipo y coordinación de Atención Primaria y Especializada que ha permitido un uso racional de los recursos.
Foto: Rafi, en el jardín del palacio da Pena, bajo un arco de piedra sobre una empinada pendiente. Si supusiéramos que el techo del arco es el paladar y la cuesta abajo la garganta, Rafi está situada en el lecho de la amígdala derecha y fotografía la izquierda.

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