Wasserschlangen II (Detail) Gustav Klimt
En los centros de salud hablamos poco de sexo. Tocamos muchos temas, abordamos muchas dificultades, pero de sexo se habla poco. Sigue siendo un tabú tanto para la población general como para los profesionales sanitarios. Es cierto que los varones preguntan ocasionalmente. Por un lado adolescentes y jóvenes, por otro varones a partir de la quinta década de la vida. Los problemas consultados tienen que ver con variantes de la normalidad en forma y tamaño así como problemas de piel ó enfermedades de transmisión sexual en el primer grupo y problemas de erección ó eyaculación precoz en el segundo.
Las mujeres, en mi experiencia, consultan menos. Es verdad que mi visión es sesgada dado que soy varón pero parece que coincide con la apreciación de otros colegas.
También es cierto que sacar este tema en la sobrecargada consulta de un médico de familia no es fácil. Muchas veces no nos atrevemos a preguntar sobre si la persona tiene algún problema sexual no porque lo consideremos irrelevante sino porque sabemos que existen en un gran porcentaje de casos y su abordaje requiere de un tiempo del que no disponemos.
Dado que las mujeres consultan menos y los profesionales apenas preguntamos nos encontramos de nuevo con otra diferencia de género que habrá que tener en cuenta para buscar estrategias útiles. Una de ellas podría ser una actitud proactiva de enfermeras y matrona así como la inclusión de alguna pregunta genérica aprovechando la petición de citología ó en consultas determinadas como la menopausia dentro de la consulta de medicina de familia.