En el otro lado del mundo, donde el sol se pone cuando aquí sale y viceversa, el paso de un ciclón ha destrozado las vidas y las pertenencias de los habitantes de una pequeña isla desconocida para nosotros. Se trata de Vanuatu, el paraíso en la tierra que ahora se ha convertido en un infierno, una catástrofe que hace más visible la realidad de una de la zonas más conflictivas geológicamente hablando.
Este archipiélago, formado por 80 islas, se encuentra en el Océano Pacífico Sur, un poco aislado de sus vecinos, ya que los estados más cercanos, Nueva Caledonia, Fiyi y las Islas Salomón, están a unos 500 km, mientras que Australia queda a 1750 km. Es un rincón insular con una gran variedad idiomática donde se hablan más de 113 lenguas y dialectos, debido a la inmigración procedente de otras islas del Pacífico, aunque sólo tiene tres oficiales: inglés, francés y bislama, mezcla de los idiomas anteriores más el castellano.
El hecho de que se hable inglés y francés se debe, cómo no, a su pasado colonial. Como curiosidad, Vanuatu fue descubierta por españoles en 1606, concretamente, por Pedro Fernández de Quirós. Este hombre quería seguir los pasos de exploradores como Colón o Elcano y estaba convencido de la existencia de otro continente, esta vez, en el Pacífico, ubicado allí para contrarrestar la masa terrestre existente en el hemisferio norte. Sin embargo, se quedó a 2400 km de su objetivo, llegando a Vanuatu. Posteriormente, otros europeos colonizaron la región hasta que el siglo XIX franceses e ingleses reclamaron el territorio. La disputa se solucionó con un tratado en el que se acordó que ambos países gestionaran Vanuatu o las islas Hébridas, como eran conocidas en aquel momento. A mediados del siglo XX surgió un movimiento independentista y ya, en 1980, Vanuatu probó la libertad.
Dueño de maravillosas playas, su principal fuente de riqueza son el turismo y la agricultura, ambas fuertemente dañadas por el paso del ciclón. Entre algunas de sus atracciones destaca la posibilidad de ver y tocar el mayor volcán activo de todo el mundo, ubicado en la isla de Tanna o conocer de primera mano milenarias ceremonias, aunque ahora la principal misión de sus pobladores es salir adelante para recuperar su particular edén.