Imaginen naturaleza en estado puro, playas desiertas y paradisíacas, dormir bajo el manto y sonido de las olas, cielos estrellados sin luces alrededor, palmeras, frondosos árboles y cocos, un pueblo de pescadores, una densa selva junto al mar, contemplar enormes ballenas a escasos metros, pescar con un simple hilo de nilon, niños, felicidad, paz, relax.
Todo eso es Bahía Solano en el Chocó colombiano, donde los taxis son barcazas que surcan el mar y el alimento base es el pescado que se coge todos los días. Arroz, jugos de frutas, cocó, platano frito, verduras, los complementos perfectos.
Es la región más pobre de Colombia, pero la más encantadora y amable. No todo se mide en dinero, hacerlo en felicidad también es posible. Situado en la costa Pacífico, es un destino ideal para los amantes de la naturaleza, el mar, la desconexión, la paz y la felicidad.
Nuestra playa
Otro ritmo de vida
Los lugares se llaman por las personas que en él residen, así teníamos “donde Julián” (nuestro alojamiento), donde Margarita (venta de chorizos de atún), donde Javier (un español que tiene un hotel), donde Tirso (venta de pescado del día). Y las personas son encantadoras, no podremos olvidar a Gabriel, su esposa Mari, a Jefferson, a Sebastián y Marcelo o que decir de Orlando, un simpático chico de 9 años, con 15 hermanos que pasó con nosotros casi todo la mañana del domingo.
“Son las 9 ó las 11″, así determina un niño la hora en el Chocó tras preguntarle mientras se baña en el mar. Sin prisa, sin ritmo. Eran las 12 de la mañana, pero para él era intrascendente. Menudo problema saber la hora exacta.
Cortando nuestro atun de 2,5 Kg.
Las personas en Bahía Solano son encantadoras y con un físico envidiable, tanto chicos como chicas. Cuerpos naturales y casi perfectos. Ellos podrían ser todos atletas y ellas, modelos de primera plana o atletas de 100 metros lisos.
Cómo llegar a Bahía Solano
Existen dos medios: barco y avión. No es posible hacerlo por tierra, la densidad de la selva lo impide.
Por barco, es posible la comunicación entre Nuquí (capital del Chocó), Buenaventura y Bahía Solano, pero sólo una vez por semana, normalmente los vierrnes. Lo habitual es llegar por vía aérea como hicimos nosotros.
La mejor combinación es vía Medellín con la compañía SATENA o ADA. En nuestro caso, volamos con Satena desde Bogotá y en poco menos de 3 horas estábamos en el paraíso. Eso sí, se vuela en un mini-avión con capacidad para 50 personas y se llega al aeropuerto, José Celestino Mutis, muy pequeño y bajo un ferreo control militar.
Aeropuerto Jose Celestino Mutis – Bahia Solano
Alojamiento en Bahía Solano
La oferta en Bahía Solano es corta, debido a sus escasas infraestructuras, pero es posible alojarse en algunos de los hostales/hoteles de la propia ciudad; en Huina, un pequeño pueblo de pescadores a 15 minutos en lancha o decantarse por estar en una cabaña en una playa solitaria.
Evidentemente, nos decantamos por esta última opción. Casa Choibaná, “donde Julián”, el mejor sitio posible para pasar unos días en Bahía Solano. Estuvimos 3, pero podríamos haber estado 1 semana. De hecho, hay unos chicos que se quedarán unos meses.
Casa Choibana
Tanto el lugar, como las personas que trabajan allí lo hacen perfecto. Incluso tiene wifi, pero no hay cobertura móvil, es decir la desconexión del mundo terrenal es posible y decisión personal.
Las habitaciones y cabañas están completamente equipadas con baño propio y Choibaná ofrece un excelente y variado menú de comidas (15000 pesos). El desayuno está incluido y es muy completo.
Qué hacer en Bahía Solano
Son muchas las opciones y dependerá de nuestros gustos y días en el paraíso. En nuestro caso realizamos:
- Avistamiento de ballenas (*). Excursión de 2 horas concertada con el alojamiento. Precio: 45.000 pesos/persona. Tuvimos muchas suerte y vimos varias en el recorrido. Espectacular verlas respirar, moverse y agitar su cola.
Ballenas tamboreando
(*) Sólo disponible entre Julio y Octubre. En ese período las ballenas suben desde el polo sur en busca de las aguas cálidas del Pacífico.
Ballenas en Bahia Solano
- Paseo hasta Huina. El pueblo de pescadores se sitúa a 20-25 minutos caminando por la playa cuando la marea lo permite o a 5 minutos en barca con la marea alta. En Huina podremos hacer deporte, comer pescado, ver la vida de los pescadores, jugar con niños o simplemente pasear y hablar con sus habitantes.
- Ruta por la selva hasta la playa del deseo. Se trata de un bonito paseo, con guía, hasta llegar al otro extremo de Huina donde el océano Pacífico está más intenso, ya que está abierto. La playa del deseo es de esos lugares que hay que conocer al menos una vez en la vida.
21 Wonders en Colombia
- Rutas por los alrededores de Choibaná. Dependiendo de las mareas podremos caminar hasta otras playas más cercanas e introducirnos por la espesa vegetación a contemplar las vistas desde allí.
Vistas de Bahia Solano
- Relax y un buen libro.
Otras opciones que hicieron otros viajeros: visita al jardín botánico, paseo hasta unas cascadas cercanas o excursión al parque nacional de Utría.
El broche final
Dejar Bahía Solano es triste, muy triste, no sólo por abandonar el paraíso, sino por tener la sensación de que ese mundo ideal un día no muy lejano pueda desaparecer. Es labor de todos realizar un turismo responsable y disfrutar del entorno respetando y entendiendo sus costumbres. Es otro ritmo, otro estilo, pero con una amabilidad sencilla y humilde que te gana desde el primer día. Sonrisas y felicidad que se transmiten.
21W esperando el taxista
“Qué hora es, las 9 o las 11″