Revista Cultura y Ocio

El paraíso perdido

Publicado el 02 diciembre 2017 por Aurisecular

EL PARAÍSO PERDIDO

Pues sí, de nuevo sé algo más gracias a los alumnos, a veces no sé qué haría sin ellos; esta vez, María decidió exponer en clase de Literatura Universal El paraíso perdido ; había oído hablar de él y tenía ganas de leerlo, así pues, lo compró, lo leyó y su exposición me atrajo tanto que a mí también me entraron ganas de leerlo. Obviamente no lo había hecho. Gracias, María, primero porque me has dejado el libro, y sobre todo, porque he descubierto a otro de los grandes poetas del siglo XVII. Indiscutiblemente el adjetivo aurisecular no es gratuito.

El poema seduce por varias razones, pero el vocabulario es una de ellas, destaca el lenguaje culto, sublime

EL PARAÍSO PERDIDO
"boscoso", "mayestática", "espesa salvajez", "umbría", "fingida faz", "fantasía mímica", "calvero", "prístinas", "solio", "calcañal", "aspilleras". Destacan afables metáforas que aportan mayor musicalidad si cabe "las suaves brisas, abanicando sus fragantes alas", "los riachuelos [...] sobre perlas de oriente y áurea arena". Las sinestesias referidas al árbol de la vida son exquisitas "Fruto ambrosíaco de oro vegetal". Las comparaciones ayudan a entender algunos términos cultos "Como un lobo [...] penetra en la majada". Las anáforas exigen la importancia divina: "Placentero Dios / Placentero jardín". Las enumeraciones repiten con insistencia el concepto que interesa "Resplandecía la gloriosa imagen de su creador, verdad, sabiduría. / Santidad, severa y pura, severa / pero asentada en la verdadera / libertad filial". Encabalgamientos que unen la mujer al hombre y ambos a Dios, planteando la duda entre existencia real o la idea "Él solo para Dios, ella para Dios / en él". Epítetos sugerentes, algunos recordatorios del epíteto épico "afelpada colina", "flamígeros dardos", "lúgubre silbido", "bélica labor", "satánica mesnada", "balsámicos trofeos".

Otra originalidad, y esta se une a la anterior en el aspecto formal es la cantidad de nombres diferentes que se asignan al diablo. Si Fray Luis de León conjuga elementos bíblicos, patrísticos y grecolatinos para ,a través de distintos nombres, establecer la figura de Dios en De los nombres de Cristo, John Milton hace lo propio con el diablo y lo llama "El Adversario", "Satán", "El enemigo sumo", "Belcebú", "Ángel apóstata", "Príncipe", "Jefe de entronizadas potestades", "sumo diablo", "el General", "Demonio", "Moloc", "Camos", "Abarim", "Horonaim", "Elealé", "Baalim", "Astarot (Astarté)", "Dagón", "Rimnón", "Osiris", "Isis", "Orus", "Belial", "Belus", "Serapis", "Azazel", "El Arcángel", "El porqué de la huida a Egipto", "Mammón", "La serpiente infernal", "Satanás", "Dragón", " Lucifer", "Asmodeo", "el pavoroso rey", "cuervo marino".

Lucifer, llamado así porque "entre la corte / de los ángeles brilló un tiempo más que aquella / estrella en medio de las estrellas", tiene ansias de libertad, por lo que rechaza la monarquía absoluta de la creación "Este día (-dijo Dios) he engendrado al que declaro mi único Hijo, y en esta montaña / sagrada he ungido a quien ahora veis / a mi diestra [...] Os lo nombre cabeza [...] Quien no le / obedezca, me desobedece a mí". El diablo se siente degradado y no lo acepta por eso maquina derrotar al nuevo rey; tema éste, de los celos y ambición expuesto en el teatro de la época por Shakespeare enOthello ; por supuesto los disidentes terminan mal, sin embargo el razonamiento de Satán se acerca al pensamiento actual "¿Es que pensáis / inclinar vuestra cerviz y doblar / vuestra dócil rodilla?" Abadiel intenta convercerlo de que no desobedezca al Creador, pero Lucifer, humanista, no recuerda haber sido creado por nadie sino que "hemos sido engendrados y creados / por nuestra propia esencia y en virtud / de nuestro poder vivificador"; por supuesto este pensamiento le costará sufrir toda la eternidad. El apasionamiento que atestigua lo perturba, así, en claro homenaje al Fausto de Marlow, alude a que no puede huir a ningún sitio, ni nunca estará en paz, pues "Dondequiera que huya es el Infierno; / pues yo soy el Infierno; y en lo más / profundo del abismo otro se abre / más hondo que amenaza devorarme, / comparado con el cual el Infierno / que padezco parece incluso un Cielo".

EL PARAÍSO PERDIDO

Está claro que todo parte del génesis, y sin embargo, Milton, intelectual evidente, hace referencia constante a los clásicos, a la mitología, la poesía grecolatina y a la realidad, pues los lugares del Paraíso o del infierno que aparecen tienen su correspondencia en la actualidad.

Otra originalidad son las interpretaciones que podemos darle al poema, la religiosa es indiscutible puesto que la existencia del mal desde los comienzos de todo es patente, pero personalmente prefiero una interpretación política. Las ideas de Milton están distribuidas por su "Paraíso", renegando de la monarquía y del absolutismo. Como quiera que el encargado de atacar a ese despotismo es el propio Lucifer, no cabe duda de la simpatía del autor hacia dicho personaje, superior moralmente a Dios, totalmente egoísta y petulante. Esta visión, aunque sigue hoy vigente se mostró bastante audaz en el siglo XVII.

Entre los diablos hay quien prefiere "vivir, incluso en este / vasto reducto, libres / [...] / prefiriendo la dura libertad al suave yugo / o la pompa servil". Pero Belcebú no está dispuesto a renunciar a lo que fue suyo. Por eso Dios, tras dos días de contienda sin desenlace certero, envía a su Hijo para que ponga fin al tercer día, todo un simbolismo "El tercero es el tuyo; para ti / lo he destinado [...] y acabes esta guerra [...] Levantó a los derrotados / [...] / los condujo ante sí anonadados [...] De cabeza se despeñaron todos [...] Durante nueve días estuvieron / cayendo [...] El infierno, por fin abrió sus fauces / y a todos recibióles". Tampoco es Dios el que da la cara para expulsar después a Adán y Eva del Paraíso sino que se lo encarga a Miguel "arroja sin piedad del Paraíso / de Dios a la pareja pecadora".

La simbología del número es evidente en el poema, si doce son los libros, como en La Eneida, el 1 es la divinidad, y el 3 es el día liberador de esa divinidad que es 1 en realidad, el 9 son los planetas, los círculos que separan el Cielo del Paraíso y los días que tardan en caer los demonios al infierno, el 7 son los días que Satán está dando vueltas al Paraíso para ver cómo puede entrar para destruir al hombre "hijo del despecho" (fue creado una vez expulsados los ángeles del cielo) porque "despecho con despecho se paga", concepto que leeremos en la Biblia, por boca de Dios, bajo "La ley del Talión".

EL PARAÍSO PERDIDO

En el Libro IV es interesante leer la descripción del Paraíso, como un locus amoenus, donde el poeta hace gala de polisíndeton que alargan la belleza de la naturaleza "cedros, pinos y abetos y copudas palmeras..." y la mezclan con paradojas extraídas de obras realizadas por el hombre "se ofrecía un boscoso anfiteatro". Un lugar cerrado, no sabemos muy bien si para proteger (¿de qué?) o para que su emperador tuviese todo bajo control "surgían los muros del Paraíso / de verdor llenos, que a nuestro primer padre / ofrecían una amplia perspectiva / de los alrededores de su imperio".

Eva, en un resto de lucidez, propone no tener descendencia para que no sufra nadie ni muera, pero Adán rechaza esta idea pues no quiere seguir enfadando a Dios. En el Libro XI, Eva acepta su condición y lo hace con orgullo pues "aunque fui la primera en traer la muerte al mundo / me honra en hacerme fuente de vida". En el Libro XII, Miguel relata a Adán cuál será el futuro de la humanidad; a Eva la dejan dormida (¡Qué pronto empieza la mujer a no contar para nada en los planes del hombre!), y Adán también queda agradecido al enterarse de que de su estirpe nacerá María y de su seno "El Hijo de Dios Todopoderoso". Así pues, Adán y Eva "cogidos de la mano y con paso / incierto y tardo, a través del Edén / emprenden su camino".

No cabe duda de que hay un mensaje, del siglo XVII, para la pareja, y es el triunfo del amor, capaz de superar cualquier dificultad, pero tampoco podemos obviar la condición que la mujer ostenta en todas las sociedades.

EL PARAÍSO PERDIDO

Creo que es lo más triste del poema y, en general, de la humanidad, que la mujer haya sido considerada como un ser inferior, creado para estar a expensas de los caprichos del hombre. Lo malo es que han pasado muchos siglos y aún se sigue pensando esto en determinados ambientes.

De la total actualidad de este poema épico, queda constancia en el hecho de que el Premio Nacional de Cómic 2016 recayese precisamente en la adaptación que de esta obra realizó Pablo Auladell.


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