El Parchís

El Parchís se ha actualizado, como los programas de ordenador, y luce un aspecto moderno, algo minimalista y alejado de los motivos ornamentales que otrora le dieron el nombre. La iluminación navideña también es diferente, y los “led” permiten luminarias como la que nos envió el habitual colaborador de la página en temas fotográficos. Al fondo, el edificio inspirado por Gaudí, que junto al que se sitúa en frente, atravesando la calle de la Merced, y el antiguo Instituto Jovellanos conforman uno de los rincones más hermosos y de mayor riqueza arquitectónica de la villa. La bola de luz no está mal, pero por delante, se colocó una valla protectora en plástico de color naranja, lo que restó todo encanto al árbol luminoso. Los españoles somos diferentes y proclives a ocasionar destrozos en el mobiliario urbano, aunque se sitúe en esta emblemática plaza gijonesa; algo así como que debemos defendernos de nosotros mismos, que tiene bemoles. En nuestra vecina Francia, los pueblos se adornan con flores que suelen durar casi todo el verano, algo impensable por estos pagos patrios, más dados a contemplar a domicilio los motivos florales que pudiesen disfrutarse públicamente; más o menos, lo mismo que ocurriría con el árbol navideño del Parchís si no estuviese debidamente vigilado y protegido. Pese a sentirme español sin ningún género de dudas, y estar orgulloso de serlo, entiendo que la autocrítica es también una forma de progreso y la mejora en el respeto cívico y en la educación en general, es algo más que necesario para las generaciones venideras, después de haber educado a muchos conciudadanos en una tolerancia mal entendida que se aproxima demasiado al libertinaje.

Advertisement