Fue en 2016 cuando Reino Unido decidió que su futuro como país cambiaría para siempre, para bien o para mal. Con un referéndum que decidía si debía seguir formando parte de la Unión Europea, los británicos votaban, al mismo tiempo, sobre cuestiones ocultas de identidad nacional y pertenencia. No era la pregunta a la que respondían cuando acudieron a las urnas, pero muchos votaron en clave identitaria, con el enfado propio de una clase media víctima de la globalización, los continuos recortes por parte del Gobierno y la sensación de pérdida de una seguridad y un bienestar que relacionaban con una época gloriosa anterior.
Para ampliar: “Brexit, una cuestión de identidad”, Astrid Portero en El Orden Mundial, 2018
Durante la campaña, en la que los distintos actores políticos intentaban influir sobre el voto de los ciudadanos, faltó algo crucial: un líder o un grupo de líderes que apostaran claramente por quedarse dentro de la Unión Europea. Si bien David Cameron trató de hacer —sin demasiado éxito— una campaña a favor de la permanencia de Reino Unido, la agenda estuvo marcada por un aluvión de datos, no siempre verdaderos, sobre las desventajas que les suponían a los británicos p...
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El Partido Laborista y su indefinición ante el <em>brexit</em> fue publicado en El Orden Mundial - EOM.