Revista Opinión

El Partido Popular y la policía: hacia una guardia pretoriana del 1%

Publicado el 08 diciembre 2012 por Monetarius
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Un antiguo mando de la policía, hoy jubilado, graba un durísimo alegato contra la dirección actual de la policía y su apuesta por la represión y la violencia (algo que estamos viendo ahora con el regreso del PRI en México y la persecución a los estudiantes de #yosoy132). Preocupado este policía demócrata -y con memoria-, advierte: “¡Cuidado! Estamos regresando al franquismo. El PP está deslizándonos otra vez hacia la lógica de la dictadura”. Y hace una apelación que hace tiempo planteamos en algún debate de la Tuerka: si hay objeción de conciencia entre los médicos ¿por qué no puede haber objeción de conciencia entre los policías? Una enseñanza de Venezuela ha sido la unión cívico-militar. Un error de la izquierda argentina estuvo en no cuidar a los militares demócratas y de izquierda -que existían-, entregando todo el ejército a la extrema derecha. No se nos escapa que las fuerzas y cuerpos de seguridad tienen como última ratio defender la lógica que sostiene el sistema -la propiedad privada-, pero no deja de ser menos cierto que es imposible que el sistema se sostenga con los únicos brazos de ese 1% que se está quedando con nuestros países. Por eso necesitan mercenarizar a la policía y al ejército (sin olvidar los servicios privados de seguridad, que, como se vió con el caso de Madrid Arena y la muerte de cuatro jóvenes, trabajan con una exclusiva lógica de guardaespaldas de la empresa).

A día de hoy, en Europa, no lo han conseguido. Parece sensato trabajar para que no puedan hacerlo. Si se manda a la policía a un cuerpo a cuerpo contra la ciudadanía, todos pierden. También los policías. De ahí la importancia de los sindicatos democráticos dentro de la policía. De ahí la importancia de dejar claro a la policía que no es con ellos, salvo que se conviertan en los defensores de lo indefendible y que, por tanto, si están saltando por encima de las obligaciones que les marca la Constitución, se están poniendo en contra de la democracia a la que deben defender. En la última huelga general, la ciudadanía demostró mayor tolerancia con el enfrentamiento con la policía. Como ya vimos con la lucha de los mineros. Hay que convencer a la policía que esta pelea del 1% contra el 99% no es su pelea. Es un momento de lanzar mensajes de diálogo antes de que se rompan todas las costuras. Por mucho que el ánimo, viendo determinados comportamientos de los antiduisturbios, pida lo contrario. Para darse gusto al cuerpo uno se entrega a las pasiones. En política la pasión, necesaria, tiene que venir después del análisis. Para no confundir la lucha necesaria con un Hola! revolucionario. Si van a existir solamente dos bandos, el de los demócratas y el de los dictadores, todos los trabajadores deben estar en el lado de la democracia. Y hay que ayudar a los que no lo tengan todavía claro.


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