Revista En Femenino

El parto de la beba

Por Padresenpanales @Padresenpanales

Hoy, con motivo del 2 cumplemes de la beba, voy a contar como fue mi parto, que ya hace días que lo tenía pendiente.

Durante el embarazo tuve contracciones y estuve de reposo, por lo que la matrona no daba dos duros porque llegara a la semana 40. Pues bien, sí que llegué y sin pinta de ponerme de parto. Y eso que el tocólogo me hizo la maniobra de Hamilton (que dolió un poco, y con la que se supone que arrancas en 48h, pero no fue mi caso) Cada noche me iba a dormir pensando…¿será mañana?

En la madrugada de 40+5, a las 3 de la mañana, me desperté pensando que tenía mucho calor por “ahí”, o me había hecho pis. De primeras no se me ocurrió que hubiera roto aguas, pero cuando fui al baño, y anduve un poco, no había dudas. La sensación es como cuando sales de la piscina que te escurre el bañador, pues así sin parar. Desperté al papi, que contestó con un “no me jodas” (y un bostezo al ver la hora). Como las aguas eran claras, no había excesiva prisa, me duché, cogimos la bolsa, y dejamos todo ordenado. Como no vivimos en la ciudad, nos esperábamos un viaje al hospital lleno de gritos, contracciones, prisas… pero todo lo contrario. Eso sí, en cada saltito que daba el coche yo temblaba porque escurría y escurría!

Llegamos al hospital Miguel Servet de Zaragoza, a las 4.30h, no había nadie delante nuestro, me miraron, me hicieron ecografía, monitores, y como no había indicio de parto (es decir, había roto aguas pero no tenía contracciones, ni el cuello del útero borrado, ni estaba dilatada), me ingresaron en planta a eso de las 6. Aproveché para dormir un poco. Desayuné. Y llegó la hora de la visita de la ginecóloga.

A las 11h de la mañana seguía igual que al ingreso, así que me dijeron que me iban a ayudar a ver si comenzaba. Para ello me introdujeron un tampón de proglastina, llamado propess, y me dijeron que si eso no me hacía efecto al día siguiente me pondrían oxitocina. Cuando me dijeron eso de “al día siguiente” me pensé lo peor. Pero en cuestión de minutos comenzaron las contracciones. Al principio eran suaves, pero constantes. Y al cabo de una hora se volvieron muy fuertes, y muy seguidas. Pasé mal rato durante unas dos horas, en las que no venían a mirar como iba, y cada vez dolían más. Por fin a las 15h, estando dilatada de 4 cm y con más de 3h de contracciones me llevaron a la sala de dilatación, donde me pusieron la epidural. (me daba bastante miedo el tema de la epidural, además de que quería sentir las contracciones para poder “escuchar” a mi cuerpo durante el parto. Pero, en ese momento, pedí epidural, y me cambió la manera de seguir el parto).

A partir de aquí todo fue relajado. La epidural no me hizo efecto 100%. Seguía notando las contracciones con dolor en el lado izdo de mi cadera, pero era un dolor muy llevadero, y además en alguna de las contracciones notaba como cada vez la beba bajaba más, y sentía ganas de empujar. En esta sala entró el papi, y estuvimos solos con la matrona, haciendo pujos y esperando a que la beba estuviera ya lista. En una de las contracciones que se le debía ver la cabeza, la matrona animó al papi a que la tocara. Ya veis que tranquilos y que naturalidad.

Cuando la beba estaba bien encajada, cambiamos al paritorio. Allí la cosa cambió. De primeras el papi se quedó fuera, yo me cambié de camilla, y aparecieron enfermeras, pediatras… y la tranquilidad de venga empuja con la contracción cambió a: “empuja YAA, no pares no pares” a la vez que una enfermera me apretaba la tripa para ayudarme (y de paso me dejaba sin aliento). La matrona me dijo que me tenía que hacer una episiotomía, y oí un “clack”, el corte. Y en el siguiente empujón llamaron al papi, me dijeron que levantara la cabeza y estirara los brazos para sacarla! Que gran momento, muy grande. Verla nada más salir y poderla coger tú misma. Durante un ratito estuvo conmigo y ya las pediatras la pusieron en una cama al lado para examinarla. En ese momento el papi y yo estábamos en una nube, emocionados, alucinando. Increíble.

La verdad que esta parte, el expulsivo, fue rapidísimo. La matrona nos enseñó la placenta, y me explicó el motivo del corte: la beba venía con una vuelta de cordón y le costaba salir.

La valoración del parto, de la atención sanitaria, la recuperación, es muy buena. El rato de antes de la epidural sí que pensaba que quien me mandaría meterme en esto, que me quería partir en dos del dolor, pero eso, al igual que el embarazo, quedó borrado en el momento que la vi, en el momento que pasamos de ser 2 a ser 3, en el momento que lloriqueó un poco y abrió sus ojitos, en el momento que me cogió el dedo con sus manitas… cualquier momento hace que merezca la pena.

Con esto de las nuevas tecnologías, el papi me fue haciendo fotos durante el día siempre que nos lo permitieron: al llegar, cuando me pusieron la epidural, nada más salir de paritorio, y en la habitación son las que comparto aquí.

el parto

¡Que tengáis buen día!


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