SAN ANTONIO, Texas – Cuando la magia terminó el sábado para Loyola-Chicago, los jóvenes que habían estado envueltos en la gloria durante el mes más inolvidable de sus vidas se retiraron al vestuario para reunirse. Senior Ben Richardson , con los ojos enrojecidos y lloriqueando, se inclinó sobre el entrenador en jefe Porter Moser, quien puso su mano sobre el hombro de Richardson.
Por el momento, fue demasiado pronto. Demasiado pronto para reflexionar sobre cómo un equipo de Michigan, los Ramblers lideró por dos dígitos a principios de la segunda mitad, logró montar un furioso rally para sellar una victoria 69-57. Demasiado pronto para considerar qué sigue para esta colección de marginados. Demasiado pronto para mirar hacia atrás y recordar cómo se desarrolló este maravilloso viaje.
Este grupo podría sentir solo el golpe del destino en sus entrañas, el primero para los Ramblers en una postemporada fortuita.
Loyola-Chicago cayó ante Michigan en la Final Four el sábado. AP Photo / David J. PhillipLoyola-Chicago es el cuarto 11-semillas en la historia de torneos de la NCAA para llegar a la Final Four, pero los Ramblers se quedaron cortos de otro hito, una aparición en el juego del título nacional del lunes. Y esa es la única pérdida que podrían procesar en el vestuario del Alamodome en San Antonio, porque los sueños no mueren.
Se rompen.
“Todos en esta sala”, dijo el jugador de Loyola-Chicago, Nick Dinardi , “pensamos que íbamos a ganar el campeonato nacional”.
“Todos en esta sala pensamos que íbamos a ganar el campeonato nacional”.
Nick Dinardi
La cautivadora carrera de Loyola-Chicago a un enfrentamiento semifinal nacional contra Michigan de 3 sembradoras generó un rumor diferente al que hemos presenciado para una semilla de dos dígitos. Los Ramblers arrancaron 2-de-10 contra los Wolverines, un marcado contraste con la impresionante ofensiva mostrada anteriormente por un equipo que había ingresado al juego que lideraba el torneo de la NCAA con un 41.4 por ciento desde más allá del arco.
Pero luego sus disparos comenzaron a disminuir y su defensa se apretó, respaldando la narración de que su avance al juego del lunes era un asunto preordenado. No fue un pensamiento loco.
Llegaron a Miami con un timbre en la primera ronda. El ganador del juego de Clayton Custer rebotó como un pinball antes de encontrar la red contra Tennessee en la segunda ronda. Marques Townes rompió Nevada con un triple en la esquina con poco menos de siete segundos para jugar en una victoria en el Sweet 16. Un esfuerzo dominante contra Kansas State en el Elite Eight aseguró un lugar improbable en el Final Four.
El sábado contra los Wolverines, los Ramblers se dirigieron al drama tardío después de tomar una ventaja de dos dígitos. Parecía que la modesta escuela jesuita de Chicago, animada por una famosa monja de 98 años llamada Hermana Jean, se dirigía a otra “¿Esto realmente está sucediendo?” victoria.
Se sentía como otra escena en la película de Disney de Loyola-Chicago, pero Michigan no tenía ninguna preocupación por lindas historias. Los Wolverines lanzaron una carrera notable y enviaron a los Ramblers de regreso a la Ciudad de los Vientos.
“La pelota realmente no rebotaba en nuestro camino”, dijo Townes.
En el vestuario después del juego, las cabezas de los Ramblers eran pesadas, se inclinaban y se inclinaban hacia el suelo. Hablaron de disparos perdidos y oportunidades sopladas. Townes se concentró en los calambres que sufrió en la segunda mitad y se preguntó si había consumido suficientes líquidos antes de la pérdida. Don Ingram , solemne y fatigado, estaba solo en una pared afuera del vestuario, esperando que la lanzadera lo llevara a la sala de entrevistas posterior al juego.
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Moser estrechó la mano de unas personas en el corredor de Alamodome y negó con la cabeza mientras caminaba. Mientras un funcionario de la escuela empujaba a su silla de ruedas ante los periodistas, la hermana Jean no dijo nada.
“Realmente no noté un cambio”, dijo Dinardi. “Nunca se hundió realmente en que íbamos a perder este juego hasta que quedaban 30 segundos”.
Los Ramblers necesitaban ayuda. Lucharon por reflexionar sobre la importancia de su logro en los minutos posteriores a la derrota en Michigan, por lo que tuvieron que recordar su camino.
Hace una década, Illinois State despidió a Moser. Él se recuperó después de un período en Saint Louis bajo Rick Majerus. En 2011, Loyola-Chicago, una escuela que busca su primera temporada ganadora en cinco años, lo contrató. El equipo que él reunió no tenía promesas. No hay grandes becas. Moser no tenía cinco estrellas en su vestuario. Mayormente sin estrellas.
Entonces, ¿cómo llegaron los Ramblers a la Final Four? Una mejor pregunta podría ser ¿cómo llegaron al torneo de la NCAA?
En diciembre, perdieron ante Milwaukee por dos dígitos. Las pérdidas al estado de Missouri, el estado de Indiana y Bradley seguirían. Están en el puesto 229 en altura promedio en KenPom.com. Eran el único equipo en San Antonio sin un jugador incluido en el simulacro de pruebas de ESPN de 2018.
Para llegar aquí, Loyola-Chicago venció a un equipo de Miami con una posible selección de lotería ( Lonnie Walker IV ). Venció al campeón de la SEC (Tennessee). Venció a una de las ofensas más candentes en América (Nevada). Venció al escuadrón del estado de Kansas que eliminó a Kentucky. Los Ramblers hicieron que Michigan, ganador de 13 partidos consecutivos en el juego del sábado, estuviera desesperado en la segunda mitad de un enfrentamiento semifinal nacional.
Mientras los reporteros preguntaban a los jugadores de Ramblers sobre el significado del momento, sus lágrimas se secaron. Comenzaron a hablar del futuro y la historia, que siempre destacarán su éxito en la temporada 2017-18.
Fueron elogiados por Chance the Rapper. Drake se disculpó por no poder asistir al juego del sábado. Conocieron a Russell Westbrook . Estuvieron en la televisión nacional varias veces. Se quedaron en hoteles de cinco estrellas y no podían caminar por las calles sin solicitudes de autógrafos.
Es posible que nunca vuelvan a navegar en el campus de Loyola-Chicago sin causar caos.
“Fue el mejor momento de mi vida”, dijo Custer, “así que estoy triste de que haya terminado”.
Sí, la pérdida duele. Pero los Ramblers dejaron el Alamodome como héroes.
“Esta temporada aquí será recordada para siempre”, dijo Townes.
Y la agonía de la pérdida, la emoción que no pudieron sacudir después del juego, pronto se desvanecerá y dará a los Ramblers una visión clara de todo lo que lograron, cada capítulo increíble del viaje más mágico de la temporada 2017-18.
“En un par de semanas, un par de meses”, dijo el estudiante de primer año Cameron Krutwig , “los recuerdos ciertamente superarán el dolor de esto”.
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http://www.espn.com/mens-college-basketball/story/_/id/22983330/ncaa-tournament-final-four-loyola-chicago-ramblers-sister-jean-run-ends-michigan-wolverines
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