
"tres pisos son muchos pisos incluso para un ser tan leve como tú, lleno de ilusiones nunca compartidas, sólo contigo, tal vez con tus amigos, no lo sé, pero existentes estoy seguro, aunque sea por intuición, ya que tu mundo me resulta extraño, quizá ajeno, pues nunca me has dejado entrar en él -¿o no he querido entrar en él?-, y muchas cosas han cambiado entre tu generación y la mía, las suficientes como para que me sienta desorientado y en alguna medida cobarde para afrontar lo que me espera"
En la primera obra de este autor, Las flores de Baudelaire, me llamó la atención el uso del lenguaje con una precisión casi quirúrgica. Eso hizo que me fijase en él y también que me anticipara pensando en su siguiente novela. Dos años después traigo a mi estantería virtual, El patio inglés.
Conocemos a Pablo a través de su diario. Es un joven que comienza derecho en los años 80, en Bilbao. Se enfrenta a ese periodo de formación hacia la madurez tan repleto de altibajos y decepciones en el que la distancia y la apatía van dejando huella en las relaciones de los jóvenes con su entorno, mientras ellos van abriendo los ojos realmente al mundo de adultos que les rodea. Pablo salta a un patio inglés, el patio que está tres pisos más abajo de su casa. Y es en este momento que conocemos a su padre: nos metemos en la cabeza de un hombre de familia media que ve como su hijo se ha jugado la vida en un salto al vacío, y deja fluir sus pensamientos en un diálogo que jamás existió con él.
Si Gonzalo comenzó su andadura literaria con una novela negra, ahora da un giro para adentrarse en el tono íntimo de los demonios personales. En poco más de ciento cincuenta páginas establece un diálogo imposible entre ambos protagonistas alternando diario y reflexiones. Marca de este modo esa brecha comunicativa que existe de forma habitual entre padres e hijos llegada una determinada edad. Un hijo que se aisla de su casa, sin saber muy bien hacia dónde dirigir su vida, que sale y se emborracha y piensa en sexo y amor mientras duda sobre su futuro. Un hombre que comienza a ser plenamente consciente de los problemas sociales que le rodean y que comienza a mirar a sus padres como a iguales sin poder evitar decepcionarse al ver como caen de los pedestales en los que los tenemos todos en nuestra infancia. Ese es el hijo perdido que nos presenta y que llegamos a conocer tanto como le hubiera gustado hacerlo a su padre.
Y un padre roto por la incomprensión que nos abre su mente en un discurso atropellado en el que, acertadamente, el autor no incluye puntos dejándonos saltar de asociación en asociación. Nos deja la sensación de un hombre al que le hubiera gustado decir muchas cosas a su hijo, que se esfuerza por comprender lo que le ha pasado, el problema, el fallo, el error cometido que termina en un terrible salto. Y ese es el camino que recorremos como lectores.
El autor una vez más utiliza el lenguaje como ambientación, haciéndonos notar las diferencias entre padre e hijo en sus expresiones, sus ideas, incluso en sus formas en la presentación de los textos. Porque hay una brecha, una desunión que ha provocado el interés de muchos autores hasta la fecha, a los que Garrido se une con El patio inglés. Y ese es el verdadero tema central de la novela. El abismo que parece abrirse entre un padre y un hijo; la falta de comunicación y también el reproche. El autor opta por ser honrado e incluso en la situación extrema que les coloca, existe el reproche: del hijo al padre que no lo entiende o escucha y del padre que piensa que ha conseguido que su hijo tenga las cosas más fáciles que él y no entiende que no baste con su esfuerzo. Conversaciones mudas sobre problemas que no se resolverán y que nos llevarán a conocer como se sienten sus protagonistas. Como comentaba al comienzo de esta entrada, es una historia privada, pero no sólo por lo que cuenta, sino porque de un modo u otro, todos los lectores sabemos de lo que nos está hablando.
Me ha gustado. Gonzalo Garrido se mete en un patio complicado (si me permitís el juego de palabras) y logra salir airoso con un libro muy diferente a su primera novela. Si aún no os habéis acercado a sus letras, tiene dos opciones muy recomendables para que lo hagáis.
Hoy la pregunta va a ser muy poco original. ¿Qué pensáis del Nobel de literatura Patrick Modiano? ¿lo habéis leído o vais a leerlo?
Gracias
