En realidad pienso que lo de “payaso” me suena a halago. Los malaguistas mastican calificativos mucho peores, y seguramente más atinados, porque la cualidad de un payaso, dejando a un lado al asesino de It, es la de hacer reír al público. El Sr. Mourinho, cuya Mou da para mil juegos y a la que ya me niego a poner más gracietas, ha decidido, según la “sabia” estrategia que muchos aplauden, disparar contra el rival como el cazador novel apunta con su escopeta. En verdad, si nadie le había avisado de que las preguntas de la rueda de prensa de hoy iban a girar en torno a Manuel Pellegrini y su polémica salida del club blanco, no es que sea un payaso, como lo ha calificado el presidente de la Diputación de Málaga. Es que es tonto del higo.
Y si buscaba el revuelo generado, bueno, pues aquí lo tiene. En realidad, puestos en reflexión de onda expansiva, los malaguistas debieran estarle agradecidos. Si siempre nos quejamos (para eso fue creada esta sección) del poco o nulo peso específico del Málaga, C.F. fuera de la provincia y su escasa presencia en los medios de tirada “nacional”, la propaganda del portugués amigo de Dios es impagable. No hay dólares del jeque que pudieran abonar la cuenta.
Así que bienvenida sea. Porque, gracias a sus palabras, repentinamente se han encendido los focos sobre el equipo boquerón, los micrófonos, todos, de radios, canales y canaletas, se han vuelto hacia el técnico chileno y hasta, bendita sea la faena, he visto encuentas a pie de calle a aficionados malaguistas en TeleCinco, canal al que, por lo pagado, sólo interesa la Europa League.
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Cabría preguntarse, y a buen seguro que muchos madridistas se lo estarán preguntando, qué clase de estrategia es ésa. La de enfurecer al rival. A un rival que se daba por muerto antes de subir al ring. El Málaga llegaba al Bernabeu con el rol asumido. La afición esperaba sin mucho ánimo el choque, sabedores de la “inferioridad” entre uno y otro equipo y resulta que ahora la afición blanquiazul, mancillado el honor, ha salido incluso hasta la estación del AVE a despedir a los jugadores y exigir venganza. Así pintan las cosas. Y lo que venía a ser un encuentro de jueves, se ha convertido en una final de finales. Él sabrá.
No es mucho pero lo pido. Sólo por ver reacciones, ganemos en el Bernabeu. “Solo” eso pedimos. Y entonces sí, ya verán cómo el payaso nos hace más gracia y nos reiremos a gusto con su hipócrita flor que escupe agua.