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El peculiar caso de Luigi’s Mansion

Publicado el 06 mayo 2015 por La Cara De Milos La Cara De Milos @LacaradeMilos
El peculiar caso de Luigi’s Mansion

Con el rescate (hace ya dos años) de una franquicia olvidada para Nintendo 3DS, hablamos de Luigi's Mansion 2, viene al caso recordar su primera parte, que apareció en Game Cube en 2001/2002 (primero en Japón/USA, luego en Europa). se ha convertido, con el paso de los años, en un extraño caso de videojuego de culto, pues se trató de una superproducción que, si bien no se le dieron críticas negativas, la opinión general fue que se trataba de un buen título, pero nada más. Aun así, en los once años que han transcurrido desde su salida al mercado se ha generado un cierto fetichismo hacia el título (el único no protagonizado por Mario que ha acompañado a una consola de Nintendo en su salida al mercado); fetichismo que, obviamente, se vio incrementado con la aparición de Luigi's Mansion 2 para la portátil de la gran ene.

El argumento es el canónico de los juegos de Mario, salvo que en esta ocasión, en vez de ser la la princesa Peach la secuestrada lo es el propio fontanero, que ha sido atrapado dentro de un cuadro por el malvado rey Boo. Luigi llega a la mansión motivado por una carta en la que se le dice que le ha tocado la casona en un sorteo, y claro, al llegar allí descubre todo el pastel. Se encontrará con un parapsicólogo retirado que le prestará su maravilloso invento, la aspiradora fantasmal Poltergust 3000, con la que podrá cazar a todos los fantasmas y espíritus que pueblan el caserón mientras descubre cómo sacar a Mario del cuadro.

Sí, los juegos relacionados con el mundo de Mario no se han caracterizado precisamente por sus alardes narrativos. Por contra, se revelan como grandes títulos a base de otros logros, como la jugabilidad adictiva y hechizante. Luigi's Mansion, pese a no ser un juego de plataformas, conserva esa esencia, esa magia que huele a Miyamoto que echa para atrás, para obligarte a terminar el juego de pe a pa toda vez que hayas comenzado. En cuanto a gráficos, para la época en la que salió eran todo un logro y una delicia, e hizo gala, al igual que el remake de Resident Evil que se firmó en exclusiva para GC, de unos efectos de luz de pasmoso realismo. Aparte de esto, Nintendo siguió la estética y el diseño habituales para este tipo de juegos, simple, siempre simple, pero bien efectiva, pulida y colorida y de un acabado técnico impecable (ausencia completa de bugs, clipping, popping y demás fealdades digitales). En cuanto a sonido, cabe destacar la pegadiza melodía que Luigi silba durante todo el juego.

El peculiar caso de Luigi’s Mansion
El peculiar caso de Luigi’s Mansion

Pero reparemos en la jugabilidad. En general, el juego consiste en cazar fantasmas con la aspiradora, nada más. Y según los vayamos cazando se nos van dando llaves con las que poder acceder a otras habitaciones, así hasta poder a la que contiene el cuadro en el que está preso Mario. El jugo está en que hay dos tipos de fantasmas. Por un lado, están los espíritus propiamente dichos: personas que nos vamos encontrando por las habitaciones y que tienen un punto débil que ha de ser descubierto para poder aspirarlos; así, puede que primero debamos encender unas velas para que se nos muestre el punto débil de un fantasma comilón, adivinar a qué entrega de las aventuras de Mario pertenece una melodía o mojar con agua fría a una mujer fantasma que se está dando un baño; como os podréis imaginar esto nos lo tendremos que imaginar, nadie nos lo dirá. Una vez hecho esto, comenzamos a aspirar, pero debemos controlar que no se nos escape el fantasma haciendo uso a la vez tanto del stick de control como del stick C, sobre todo porque esto nos reporta mejores puntuaciones. Y por otro lado están los boos, que son más difíciles de atrapar, ya que escapan atravesando paredes, y, a veces, se meten en habitaciones para las que todavía no hemos logrado las llaves. Además de la aspiradora, Luigi conseguirá otros poderes como lanzar agua, fuego o hielo por la poltergust 3000, que tendremos que combinar para alcanzar ciertos objetivos.

El peculiar caso de Luigi’s Mansion

Un planteamiento sencillo, qué duda cabe, pero que te proporcionará unas cuantas horas de tremenda e imperturbable diversión, aliñadas por la innegable simpatía que desprenden los personajes del mundo de Super Mario Bros. Los grandes peros, sin embargo, son una duración escasa (puedes terminar toda la mansión en menos de ocho horas), una dificultad que tiende mucho a ser facilona y pocos alicientes para volver a rejugarlo (por ejemplo, solo existe un nivel de dificultad). En cualquier caso, se trata de un título que no puede faltar en tu colección de videojuegos, especialmente si presumes de ser un nintendero. Date prisa que en Amazon o Ebay ya no baja de 35 €.

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