por Francisco Alcaide Hernandez
¿Sabes por qué este verano te has ido de vacaciones a la playa, a París, a Tailandia, a Nueva York o donde sea? Porque un día decidiste dónde ibas a ir.
¿Sabes por qué un día te dieron el título de Licenciado en Derecho, ADE o Publicidad y RRPP? Porque un día decidiste qué carrera estudiar. Días (semanas) antes de ir a hacer la preinscripción en la universidad podrías tener dudas, pero una vez que tomaste la decisión, las dudas se disiparon por completo. Ya no había nada que pensar.
Decidir es algo muy poderoso, porque entonces uno puede concentrar todas las energías hacia ese objetivo sin dispersarse. Decidir es algo muy poderoso, porque una vez que uno ha decidido una opción deja de preocuparse por otras alternativas. Cuando uno da vueltas a la cabeza sobre una cosa y otra, al final no hay movimiento, no hay acción, y sin acción no puede ocurrir nada mágico en la vida, porque la acción es lo que conecta nuestros sueños (plano mental) con los hechos/realidades (plano físico). Anthony Robbins, uno de los personajes incluidos en Aprendiendo de los mejores (Alienta, 9ª edición) lo expresa de esta manera:
"La falta de claridad más que cualquier otra cosa, es la principal causa de fracaso de la gente"La pregunta es obligada: ¿Por qué nos cuesta tanto decidir? Básicamente por dos motivos que tienen una raíz común que es el miedo:
1. MIEDO A LA CRÍTICA.No nos gusta no gustar. Nos aterra que nuestras decisiones no agraden a las personas más cercanas: amigos y familia. Ya sabes: el hombre es un ser social por naturaleza. Pero si quieres triunfar en la vida, tienes que proteger tu individualidad y pasar de los espectadores. Tienes que elevarte por encima de las críticas y no mirar de reojo buscando continuamente la aprobación de los demás. Las críticas siempre ponen a prueba la confianza en uno mismo. El mexicano Carlos Slim lo expresaba así: "Cuando vives para la opinión de los demás estás muerto". Eres una marioneta que se mueve y actúa según las apetencias de otros, y eso genera mucha frustración. Napoleon Hill en su clásico Piense y hágase rico escribe:
2. MIEDO AL FRACASO."El temor a las críticas despoja al ser humano de su iniciativa, destruye su capacidad de imaginación, limita su individualidad, sustrae su confianza en sí mismo [...] La mayoría de las personas que no logran acumular dinero suficiente para cubrir sus necesidades generalmente son personas que se dejan influenciar con facilidad por las opiniones de los demás [...] La mayoría de las personas permiten que sus familiares, amigos y el público en general las influyan de tal modo que no pueden vivir sus propias vidas porque temen sus críticas [...] Si uno está influido por las opiniones de los demás, al final terminará no teniendo ningún deseo propio".
Sí, nos aterra que las cosas vayan mal, porque ya se sabe que del árbol caído todo el mundo hace leña. Lo siento, no hay alternativa: las cosas te irán mal a veces. Los hemos dicho muchas veces: el fracaso no es lo contrario al éxito; el fracaso forma parte del proceso del éxito. El precio del éxito es el precio del aprendizaje y el precio del aprendizaje es el precio del error. Así lo expresaba Zig Ziglar: "El fracaso es un evento nunca una persona". El fracaso es NO intentarlo; el fracaso es NO perseverar; el fracaso es NO aprender...
Continuamente aplazamos nuestras decisiones en búsqueda de la opción perfecta, aquella que no pueda ir mal y que no pueda ser criticada, en la que todo marche según un plan perfectamente estructurado y ordenado. Pero eso es un brindis al sol. Todo es criticable porque cada persona ve la vida desde su atalaya. El propio Napoleon Hill en su obra recoge las 30 principales causas de fracaso de las personas y señala como una de las principales el aplazamiento:
"El aplazamiento es una de las causas más comunes del fracaso. La tendencia a dejar siempre todo para más adelante acecha a todos los seres humanos, a la espera de una oportunidad para echar a perder cualquier posibilidad de tener éxito. La mayoría andamos por la vida como unos fracasados porque estamos esperando el momento ideal para empezar a hacer algo que merezca la pena. No hay que esperar. El momento nunca será el mejor. Debemos empezar donde estemos y trabajar con las herramientas que tengamos a nuestra disposición, y a medida que avancemos hallaremos mejores instrumentos".
Y es que como decía Oscar Wilde: "El aplazamiento es el asesino de la oportunidad". En Tu futuro es HOY (Alienta, 2ª edición) también aparecen recogidas las palabras de Tim Ferriss al respecto:
"Una vez le pregunté a mi madre cómo decidió tener su primer hijo, el pequeño yo. Su respuesta fu sencilla: 'Era algo que queríamos y decidimos que no tenía sentido retrasarlo. Nunca es buen momento para tener un bebé'. ¿Estás esperando un buen momento para dejar tu trabajo? Las estrellas nunca sea alinearán y los semáforos de la vida nunca se pondrán todos en verde al mismo tiempo. El universo no conspira contra ti, pero tampoco se volverá loco para apartarte los obstáculos del camino. Las condiciones nunca serán ideales. 'Algún día' es una enfermedad que te hará que te lleves tus sueños a tu tumba. Si algo es importante para ti y quieres hacerlo, hazlo y corrige el rumbo mientras caminas".