Después de tanto tiempo sin postear nada, venimos con un pequeño post sobre nuestras reflexiones veraniegas. Mi pelo ha pasado por esas cosas típicas de febrero en Panamá; sol, agua salada, viento, agua de culecos y más sol.
Primero; cuídate del sol. Si bien es cierto, existen productos para el cabello con SPF, pero no es común toparse con ellos y honestamente desconocemos cómo se comportan en el cabello (no te recomendamos aplicar bloqueador para la piel en el pelo). Por eso, usa sombreros y pañoletas si vas a estar un montón de tiempo expuesta a los rayos solares. No sólo te ahorras el pelo tostado, posiblemente también un dolor de cabeza. Además, el sol en exceso afecta la coloración del cabello teñido.
También quiero hacer énfasis en lo importante que es cuidarse la piel y ponerse bloqueador solar en abundancia. No basta con que te pongas una vez antes de exponerte al sol, es recomendable reaplicar cada dos horas o después de haber sudado o haberte mojado en la piscina/playa. Incluso si usas bloqueadores resistentes al agua!
Después viene el viento. Una brisa sabrosa es una cosa que no hace daño, pero si vas a viajar en bote o harás un viaje largo en carro con las ventanas abiertas, asegura tu cabello en un peinado que lo proteja y te ahorre el pelo enrredado y los nudos.
Por otro lado, tenemos el agua salada. He leído en varias ocasiones que el agua salada/agua de mar ayuda a la formación de rizos y ondas. Incluso existen muchos productos inspirados en el agua salada, como el famoso Surf Spray de Bumble and Bumble. Sin embargo, el agua salada no hace nada considerable por mi cabello, sólo lo deja increíblemente seco al tacto.
Por eso es importante que no dejes en casa tu buen acondicionador y un leave in, para humectar tu cabello después de nadar en la playa. Para mi es esencial.