La caída de un pelo suele estar asociada al paso del tiempo. En este caso, fue excusa para montar un bar que homenajeara a Diego Armando Maradona como solo Nápoles sabe hacerlo. Una figura, Maradona, un dios que no cae, sino que sigue iluminando la capital de la Campania junto a sus múltiples altares. Luz para una ciudad que sacó su orgullo del sur de Italia frente al todopoderoso norte. Pasan los años, pasan los jugadores, pero Diego sigue muy presente.
Retrato de una sociedad a través de un bar, sus clientes y su simbología. Nos desplazamos a la capital de la camorra, al Mezzogiorno italiano, para conocer la historia del "pelo de Maradona", la de un simple cabello que simboliza como pocos el vivir de una sociedad. El gerente del napolitano Bar Nilo recogió durante un partido de su equipo contra el Milán un pelo de la cabeza de Maradona, que por entonces jugaba y revolucionaba con el Nápoles. Lo recogió, lo guardó y lo expuso en su bar, un bar que desde entonces se ha convertido en un símbolo de la ciudad y en un altar del astro argentino.
Maradona jugó ocho temporadas en el Nápoles, y se integró como pocos en la ciudad. Ayudó a que el equipo ganará su primer scudetto y su primera UEFA, a que se lo creyera, ayudó a que el sur se reivindicará frente al norte y a que creyera en sí mismo. Le adoran. Dejó una huella imborrable, y el Bar Nilo es un ejemplo. Como se comenta en el reportaje, desde entonces "en cada casa de la ciudad hay un efigie de San Gennaro, patrón de la ciudad, y al lado otra de Maradona. Lo sagrado y lo profano". Aunque, para Nápoles, Maradona es sagrado, Maradona es Dios.
Un historia de vida, bar y fútbol. Espresso en barra, D10S en un sorbo.
Il pelo miraculoso di Maradona
Cultibar 2019
7'17"