El primer estudio dedicado a temas mozárabes data de 1740.
Las Noticias histórico-cronológicas de los privilegios de las nobles familias de los mozárabes de Toledo. de Camino Velasco, al igual que los estudios próximos inmediatos Condición y revoluciones de algunas razas españolas y especialmente de la mozárabe (1847) Y Mozárabes, mudéjares, moriscos (1854) están abocados a cuestiones muy específicas y sustentados por una documentación bastante pobre.
La edición póstuma de la obra monumental de Simonet (1897-1903) representó la fundación de los estudios mozárabes como campo de investigación académica
En el transcurso del siglo XX, la comunidad mozárabe ha atraído el interés de los historiadores, generando una riquísima historiografia. De las Cagigas atribuyó este interés a la candencia de la problemática de las minorías étnicas en la historia contemporánea. Recientemente Epalza propuso una atribución alternativa. Según su interpretación, para el nacionalismo español la presentación de los mozárabes como víctimas de la conquista musulmana suministra la base ideológica que justifica la Reconquista.
A su vez, los mozárabes representan un símbolo emblemático del permanente carácter cristiano de la sociedad hispana y de su heredera, la sociedad española. Por otra parte, la existencia cristiana bajo dominio musulmán nutre otro simbolismo diferente. Para los autores musulmanes, la comunidad mozárabe demuestra la tolerancia del Islam, mientras que para algunos intelectuales este ejemplo histórico representa un antídoto contra toda forma de tentación monolítica, tanto religiosa como ideológica o política
Estas atribuciones del interés por los mozárabes plantean algunas actitudes adoptadas por los historiadores. Sin embargo escapan motivaciones concretas y específicas. En todo caso, lo destacable es la «explosión historiográfica» de los estudios mozárabes. En un rápido repaso a la lista de publicaciones se aprecian intereses muy diversos en tomo a los mozárabes: fenómenos lingüísticos en generala fonológicos en particular, estudios de arquitectura y de miniaturas, de religión, iglesia o liturgia, de historia cultural, social y económica
El presente artículo está dedicado a la comunidad mozárabe de Toledo bajo dominio musulmán primero y castellano después. La existencia de esta minoría cultural dentro de dos entidades políticas diferentes permite estudiar su adaptación a cada uno de los marcos por separado y de manera comparada.
Tras un seguimiento historiográfico emergen dos focos centrales de atención.
El primero, desde un punto de vista cronológico, consiste en el grado de arabización de la comunidad mozárabe: dicha arabización, ¿es unicamente lingüística? o por el contrario, ¿qué otros elementos culturales denotan arabización? ¿cómo entender la causalidad de este proceso de aculturación titulado «arabización»? finalmente, ¿es la arabización la única particularidad mozárabe respecto de los cristianos del Norte? El segundo foco de atención es la integración de la comunidad mozárabe en el seno de la sociedad cristiana a partir de 1085.
¿Cómo se produjo el proceso de asimilación cultural?, ¿en qué medida afectó este proceso a los diversos grupos sociales?, ¿qué conclusiones podemos obtener de la comparación entrc el proceso de aculturación bajo el Islam frente al proceso de asimilación en el reino de Castilla? Al valor histórico del caso se suman las preocupaciones teóricas concernientes a la antropología.
El estudio de procesos como la aculturación, la asimilación, la fusión y la difusión encontrará en la comunidad mozárabe un caso sumamente rico. La documentación estudiada es fundamentalmente la editada por González Palencia, que abarca al período comprendido entre 1083 y 13154 Este lapso temporal pennitirá visualizar -a la sombra tenninológica de Marc Bloch- el proceso aparentemente contradictorio de continuación y cambio vivido por la comunidad mozárabe de Toledo.
Este proceso será metafóricamente presentado como «el péndulo mozárabe» cuyos ritmos son de oscilación entre la aculturación y la resistencia, la asimilación y la resistencia. A largo plazo, estas oscilaciones implican una oscilación amplia entre una tendencia cultural andalusí-oriental y una orientación castellano occidental.
TRAS LOS RASTROS DE LA ANDALUSACIÓN y EL PARTICULARISMO
¿Qué concepto más representativo para la historiografia mozárabe que el de «arabizacióll»?
La cuestión desatada por este concepto podría retrotraernos hasta los páramos heterodoxos consagrados por Menéndez y Pelayo, o bien revivir la «discusión del siglo» entre Américo Castro y Sánchez Albornoz. Sin embargo, abrigado por el consenso de la narración histórica, el concepto disputado de antaño quedó sedado durante la última generación historiográfica. Momento indicado pues para reavivar el debate.
¿Es acaso exacto el concepto «arabizacióll» para definir influencia musulmana?
¿O deberiamos restringir su uso a influencia estrictamente árabe? Y más allá de la tenninología y el consenso,
¿qué cuestiones pendientes giran en tomo a la influencia musulmana y los mozárabes de Toledo?
El presente artículo enfrentará algunos de los planteamientos candentes a este respecto:
¿Está dada la arabización mozárabe únicamente por el elemento lingüístico, tal como formula el consenso alcanzado?
¿Qué otros elementos culturales denotan influencia musulmana?
¿Dónde encontrar evidencia para tales elementos?
¿Cómo entender la causalidad del proceso de aculturación titulado «arabización»?
¿Es acaso la influencia musulmana la única particularidad mozárabe respecto de los cristianos del Norte?
Siguiendo la recomendación de Levi-Provencal, conviene adoptar el neologismo «andalusacióll» en lugar del concepto de «arabización» Las influencias culturales tienen orígenes tan diversos como los de los conquistadores que las portaron.
Entre éstos los árabes constituyeron una minoría. De aquí la distorsión que implica el concepto de arabización. La andalusación será entendida en este artículo como la absorción directa y exclusiva de influencias árabe-bereber-musulmanas por parte de los mozárabes. Esta definición implica que la metodología consistirá en la exposición de conductas mozárabes plausibles de reconstrucción.
Dichas conductas serán contrastadas con sus homólogas del mismo período a ambos lados de la frontera. De este contraste deberá surgir la similitud entre la conducta mozárabe y la árabe-bereber-musulmana, pero además la diferenciación entre aquella y la observada en los reinos cristianos del Norte, para poder establecer la presencia de la andalusación.
Ya que si existiera similitud entre los tres elementos la atribución sería ambigua. No obstante, dicha ambigüedad podría esclarecerse de detectarse determinadas circunstancias. Ciertas conductas pueden ser independientemente similares. Otras pueden ser fruto de la influencia de una de ellas -la árabebereber-musulmana en este caso-- sobre las otras dos.
Este caso no satisface los requisitos de la definición de andalusación, pues se trata de una influencia generalizada que no concierne exclusivamente a los mozárabes.
Pero el hallazgo de la misma influencia árabe-bereber-musulmana en mozárabes tanto como en cristianos del Norte no anula por sí misma la presencia de andalusación. Cabe la posibilidad de que la influencia árabebereber-musulmana haya sido acogida por los mozárabes exclusivamente, y que fueran estos quienes introdujeran la conducta en cuestión en el seno de los cristianos del Norte. Por tanto, en situaciones donde es posible diferenciar entre influencia directa (sobre los mozárabes) e influencia mediatizada (sobre los cristianos del Norte), estaremos en presencia de andalusación.
La primera y fundamental enseñanza que nos brinda la colección de documentos recopilada por González Palencia, es la continuidad del uso de la lengua árabe entre los mozárabes por más de doscientos años después de conquistada Toledo.
El sustento de esta conclusión está dado por el amplio espectro de situaciones cotidianas reflejadas por los documentos: transacciones de propiedades, operaciones económicas variadas (préstamos, depósitos, empeños l, matrimonio, testamentos, partición de bienes. La historiografia mozárabe destaca en muchos casos, desde Simonet en adelante, que el idioma árabe era de uso corriente entre los mozárabes"
No obstante, esta afirmación se apoyaba en las lamentaciones de Álvaro, escritor cordobés del siglo IX, en cuyos días tuvo lugar el movimiento de los mártires voluntarios. Sus escritos recogen el espíritu anti-asimilacionista, presentando a los mártires como respuesta a una persecución preexistente. Junto con el ataque a la religión musulmana, y a las normas sexuales, repudia la imitación que los mozárabes hacen de sus conquistadores
Respecto del idioma clama: «Heu pro dolor! legem suam nesciunt Christiani, et linguam propiam non advertunt latini, ita ut omni Christi collegio vix inveniatur unus in milleno hominum numero, qui salutatorias fratri possit rationabiliter dirigere literas. Et reperitur absque numero multiplex turbas, qui erudite Caldaicas verborum explicet pompas»'.
El carácter retórico de este documento no nds permite extraer conclusiones determinantes acerca del empleo del árabe. La evidencia de las transacciones sí nos permite dar ese paso. Aun cuando las palabras del cordobés nos guiaran a una conclusión, ésta sería que el latín fue abandonado como lengua culta. La reconstrucción de «un diálogo en la calle» de Galmés Fuentes, y el posterior estudio del dialecto andalusí de la Marca Media, destacan que no es ése el caso, sino que más allá del uso escolar, el árabe era aprendido por el uso cotidiano.
La demostración de la transmisión oral descarta un exclusivo aprendizaje erudit09 Las firmas de los documentos recopilados por González Palencia ponen en evidencia la preponderancia del árabe sobre el latín o el romance. Autógrafas unas, puestas a ruego otras, las firmas en árabe son más comprensivas. Mientras las firmas latinas o romances consisten en el nombre de pila O incluso en la inicial del nombre propio, las firmas árabes dan noticia de tres o cuatro generaciones.
Diego Olstein http://realacademiatoledo.es/wp-content/uploads/2014/02/files_anales_0039_02.pdfSi te ha gustado este artículo, por favor, dale a "Me Gusta"
Revista Cultura y Ocio
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