Salvo la última de las concesiones citadas, el marco general de conducta, está sin duda inspirado en el modelo musulmán.
La autonomía juridica es el rasgo saliente.
Las directrices establecidas por Alfonso VI siguieron en vigor bajo sus herederos, mientras la relación de fuerzas con el enemigo almorávide no se modificaron. El reinado de Alfonso VII, fue precedido por un balance fronterizo negativo, que explica que entre sus primeras gestiones aparezca la confirmación de los derechos mozárabes en 1117 • Desde 1140 Toledo vive alejada de la tensión fronteriza. Solamente las razzias almohades de 1182, 1185 Y 1196-1197 alcanzan a perturbar momentáneamente la tranquilidad de la ciudad.
Este cambio en las condiciones externas repercute en la política real frente a los distintos grupos de pobladores. Si durante la era de presión militar sobre Toledo, prevaleció el particularismo, en adelante la tendencia es la unificación de las poblaciones cristianas.
Al confirmar Alfonso VII en 1155 el fuero de los mozárabes, lo hizo extensivo a castellanos y francos. Bajo el reinado de Sancho III o Alfonso VIII -entre 1157 y 1169- se agudiza el proceso con la unificación del Derecho de Toledo.
Los fueros castellano y mozárabe fueron refundidos. En este marco la extensión de la vigencia del Fuero Juzgo a toda la población cristiana refleja aún la relación de fuerzas favorable a los mozárabes. No obstante, la intención unificadora presagia que en el momento que la relación de fuerzas se revirtiera, la comunidad mozárabe dejaría de regirse por su derecho particular. Se desconoce durante cuanto tiempo más siguió aplicándose el Fuero Juzgo. La solicitación de la confirmación de la Carta mozárabe de 1101, mediando el siglo XIV -{)tro reflejo de la resistencia mozárabe- indicaría quizás que la autodeterminación jurídica pertenecería al pasado".
El Fuero refundido --{;onfirmado por los reyes hasta principios del siglo XVIII- trató también de unificar el estatuto de la nobleza mozárabe con la castellana. En este punto, una vez ya tratada la actitud frente a los grupos culturales, conviene entender a los fueros como reflejo de la estructura social. Desde fines del siglo X el Derecho castellano convertía a los villanos armados a caballo en caballeros villanos. La misma posibilidad fue concedida a los mozárabes desde 1101. La tendencia a la polarización social queda reforzada por ley en 1182, cuando se exime a esta clase social del pago de toda décima, mientras sus miembros seguían percibiendo la décima de sus cultivadores .
A estas cláusulas legales se agrega el proceso de acumulación de tierras descrito por Reyna Pastor que demuestra la cristalización de la polarización social. La historiadora concluye que estas transformaciones constituyen una de las tantas vertientes por las que el «modo de producción feudal fue avanzando por los reinos cristianos Toledo queda sumida bajo régimen señorial. Es un lugar común caracterizar a las ciudades medievales de Castilla y León como centros de un territorio circundante explotado por los grupos sociales dominantes.
Esta explotación es llevada a cabo por un señor colectivo: el Concejo. Este órgano de poder político urbano subrogando atribuciones y potestades desglosadas de la soberanía regia, ejerce su dominio sobre los hombres y las tierras que recubre su poder jurisdiccional. La dirigencia de este órgano está en manos de la oligarquía urbana • El caso de Toledo constituye, en cierta medida, una excepción respecto del patrón establecido. El Concejo toledano estaba bastante mediatizado por el poder regio. Aun así, el atributo esencial -la administración de justiciaestaba en sus manos.
Se suma a esta particularidad, que la dinámica de la repoblación había dejado en manos de nobles e instituciones eclesiásticas aldeas y heredades que no se someterán al Concejo. Es decir, que en Toledo y su entorno conviven los señoríos de carácter laico, eclesiástico y concejil . Tanto en el nivel político-juridico, como en el económico-social se observa el avance castellano progresivo sobre los fundamentos organizativos mozárabes.
La inmersión de la comunidad mozárabe se va totalizando a medida que sus marcos originales van siendo íntegramente desplazados. A los niveles ya tratados se suma un desarrollo similar en el plano religioso. También entre la Iglesia del Norte y la Iglesia mozárabe se dá una competencia desigual. La segunda queda reducida a las capillas existentes en el momento de la conquista. La primera comienza su expansión con la usurpación de la mezquita. Los arzobispos toledanos están indefectiblemente ligados a la Iglesia del Norte. Los primeros arzobispos, hasta 1l80 al menos, son francos, de las órdenes cluniciense o cisterciense.
En colaboración con la realeza y la Santa Sede marginan progresivamente a la Iglesia mozárabe74 • La misma dinámica en la relación de fuerzas se observa en el plano demográfico. La población de Toledo anterior a la conquista se estima en 35.000 habitantes. Durante el siglo XII el número se mantiene estable, descendiendo a 32.000. Al concluir el siglo xm, Toledo cuenta ya con 42.000 habitantes". Tal crecimiento demográfico refleja en cierta medida lo acontecido a lo largo de toda la Península Ibérica, cuya población pasó de siete millones al iniciarse el siglo XI, a nueve millones vísperas de la peste negra .
Si estos parámetros son estimaciones especulativas, más aún lo es el intento de determinar la composición étnico-cultural de dicha población. Aparentemente, al producirse la conquista, la comunidad mozárabe se convierte en el componente principal de la población, debido a la emigración musulmana.
La inmigración castellano-franca desde el norte, junto a la mozárabe desde el sur preservaron aparentemente la ventaja numenca en favor de la poblacíón lugareña. Testimonio de la primera encontramos en las cartas de donación de Alfonso VII a linajes castellanos. El segundo caso está constatado en la Chronica Ade(onsi Imperatoris". Mas posiblemente esta situación no se haya prolongado más allá del siglo XII. El crecimiento demográfico experimentado en Toledo a lo largo del siglo xm, es proporcionalmente igual al experimentado en la península toda, durante más de trescientos años.
La razón de tal celeridad en el caso de Toledo debería encontrarse en importantes olas migratorias desde el norte, de las cuales existen testimonios parciales. El conjunto de variables que componen el contexto descripto -nivel político-jurídico, estructura económico-social, nivel eclesiástico, demografia- conocen dos momentos diferenciados. Durante el período 1085-1157, circa, la comunidad mozárabe gozó de autonomía jurídica y eclesiástica, a la vez que de una importante presencia demográfica. Recuerdan estas condiciones las registradas bajo dominio musulmán. Es en este primer período cuando despega el proceso de acul!uración.
La orientación cultural se modifica, la castellanización lingüística avanza, la organización económico social se reestructura. Desde la segunda mitad del siglo XII, los condicionantes de la aculturación mozárabe se modifican. Los puntos de sostén de la comunidad son erosionados progresivamente. Los soportes demográfico, eclesiástico y juridico conocen su ocaso. En estas condiciones, la comunidad mozárabe sucumbe ante la marea de la asimilación. A partir de mediados del siglo XIV se pierde el rastro documental de la comunidad mozárabe. Desde entonces son castellanos.
CONCLUSIÓN
En el presente artículo he expueto una nueva propuesta metodológica para los estudios mozárabes. El estudio de la integración de la minoría cultural se ha efectuado por medio de dos procedimientos interrelacionados. Aplicación de una perspectiva antropológica primero, aproximación sociológica después. Los conceptos de difusión, aculturación, asimilación y resistencia delimitaron el marco del abordaje antropológico. La dinámica de estos procesos fue estructurada en niveles progresivos de profundidad.
El modelo braudeliano de la <, con sus ritmos de desarrollo político, económico y mental, sirvió como inspirador. El resultado fue la obtención de un nivel superficial consagrado al lenguaje, un nivel intermedio dedicado a factores económico-sociales con sus proyecciones sobre la vida cotidiana, y por último el nivel profundo de la rnentalité. La perspectiva antropológica, de naturaleza interpretativa, presenta un cuadro de la existencia de la minoría, caracterizando sus formas de vida.
La perspectiva sociológica consiste en la contextualización de la interpretación en el marco de las estructuras y procesos sociales. Éstos incluyen una serie de variables consecutivas: situación política, reglamentación juridica, estructura económica, demografia, medio. Tomados todos estos factores, individualmente y en conjunto, sirven como variable independiente que actúa sobre la variable dependiente estudiada: la minoría cultural. De aquí, que este procedimiento represente un ensayo de causalidad.
El aporte histórico de la aplicación metodológica es la periodización marcada por el péndulo mozárabe. En más de doscientos años bajo dominio castellano, la ola aculturadora avanzó sobre los niveles lingüístico y económico-social. Este avance tuvo lugar al tiempo que la comunidad empezaba a desintegrarse, y sus instituciones desaparecían.
En el caso del dominio musulmán, al entrar Alfonso VI en Toledo, la andalusación había avanzado hasta las capas más profundas de la rnentalité. Esto ocurría mientras la comunidad estaba institucionalmente organizada y era demográficamente considerable. El contraste comparativo revela que el límite entre aculturación y asimilación está marcado por la existencia de instituciones minoritarias paralelas.
La tolerancia política, la autonomía jurídica, la integración económica y el equilibrio demográfico contribuyeron bajo dominio musulmán y castellano al desarrollo de la aculturación. En el momento que las instituciones minoritarias paralelas desaparecen, en tomo a los años 1157-1169, retroceden la autonomía jurídica y la tolerancia política. En estas condiciones, sumadas al retroceso demográfico, la comunidad mozárabe de Toledo se asimiló, cerrando otro ciclo oscilatorio del péndulo mozárabe.
Diego Olstein http://realacademiatoledo.es/wp-content/uploads/2014/02/files_anales_0039_02.pdf&version;
Si te ha gustado este artículo, por favor, dale a "Me Gusta"
Revista Cultura y Ocio
Sus últimos artículos
-
Las Hoces del Cabriel, Cuenca, un Paraje de Ensueño
-
El Archivo Municipal ha incorporado a la misma 244 Fotografías realizadas por Luis García Garrabella, muchas de las cuales fueron editadas como postales en el Siglo XX
-
Los Molinos de Daicán. Tributos pictóricos a un paraje del Tajo
-
Escapate a Segovia un Fin de Semana