Revista Coaching

El pensamiento ilógico

Por Mbbp

EL PENSAMIENTO ILÓGICO

Cuando uno sabe lo que quiere, pero no sabe cómo conseguirlo, tiene un problema cuya solución requiere del “pensamiento lateral”, un pensamiento creativo que en el fondo es una manera diferente de usar el cerebro sin utilizar la lógica, aunque ello pueda parecer irracional.

El pensamiento humano se caracteriza, sobre todo, por su lógica.  Pero las posibilidades del hombre no terminan ahí: ¡son tantos los que han pasado a la historia precisamente por usar otro tipo de pensamiento, otras categorías distintas!

El pensamiento lógico, la lógica, es unidireccional, sigue el camino que ella misma se traza; el pensamiento lateral cuenta con infinitas maneras de llegar a una solución, porque llega a ella por caminos distintos a los de pensamiento lógico.

El pensamiento lateral es un pensamiento creativo, es una forma de escapar de las ideas fijas que atan las alas de la creación. Sin comparar uno con otro estos dos pensamientos, sin decir cuál de ellos es el mejor, hay que reconocer que ambos son igualmente necesarios: el pensamiento lateral, creativo, es para crear ideas; el pensamiento lógico es para desarrollarlas, seleccionarlas u usarlas.

Del mismo modo que hemos aprendido a pensar según la lógica, podemos aprender a pensar creativamente. Porque usamos el mismo cerebro para lo uno y para lo otro. Pero, sin duda alguna, el pensamiento lateral nos ofrecerá innumerables oportunidades de que nuestras ideas con respecto al mundo de la empresa sean cada vez más audaces, innovadoras y productivas.

La creatividad seria requiere cuatro factores:  Motivación,  Actitudes, Enfoque y  Técnicas.

TECNICAS DE PENSAMIENTO LATERAL

Partamos de la base de que estamos motivados para ser creativos y de que tenemos la actitud creativa correcta. También hemos definido un área de necesidad creativa específica: necesitamos algunas nuevas ideas aquí y ahora. ¿Qué hacemos al respecto?

Supongamos que estoy hablando ante un grupo de Xerox. El enfoque está centrado en el “área general”: queremos nuevas ideas en el área general de la conveniencia del uso de copiadoras.

Utilizamos la técnica de la palabra al azar. Esta es la más simple de todas las técnicas creativas posibles la desarrollé hace aproximadamente unos veinte años. Una mirada al reloj de pulsera muestra que el segundero marca 17 segundos. Este número selecciona la palabra número 17 de una lista (que debemos modificar frecuentemente) de 60 palabras. la palabra es “nariz”

Evidentemente, la palabra elegida al azar nariz no tiene ninguna relación con las copiadoras y no se la seleccionó por tener alguna relevancia. De esto se trata la provocación.  Nariz sugiere olor. ¿Qué relación tiene el olor con las copiadoras?  Ninguna… aún. Olor es sólo un “indicador”

De repente surge una idea. Si la copiadora no funciona, en lugar de revisar luces y botones, lo único que se ha de hacer es oler. Si, por ejemplo, huele a lavanda, la copiadora no tiene papel. Si huele a alcanfor, a la copiadora le falta toner. Técnicamente esto es bastante sencillo. Los cartuchos podrían tener diferentes aromas en pequeños recipientes. Al activarse un circuito en particular, se calentaría y liberaría el aroma correspondiente. El cartucho se insertaría en la máquina y usted podría oler cuál es la avería.

Una ventaja adicional de olor como lectura de un diagnóstico consiste en que usted no tiene que estar frente a  la copiadora. Si está trabajando en su escritorio y huele a lavanda, colocará más papel. El olor podría liberarse cuando éste se está acabando.

“Más allá de la competencia”, “El pensamiento lateral”, de Edward De Bono

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