Según mis últimas noticias, le habían retirado la respiración asistida, y asombrosamente, Alfie sigue vivo, sin asistencia mecánica.
Hay dos asuntos a considerar desde el punto de vista bioético. Uno de ellos es si ha sido correcto suprimir la respiración artificial a Alfie. Mi opinión es que retirar un medio vital, como puede ser la respiración
asistida mecánica, solo sería éticamente válido, en caso de riesgo
inminente de muerte y existencia de sufrimientos intensos bien
contrastados. Sin embargo, en
este caso concreto no parece que exista riesgo inmediato de muerte,
dado que el niño lleva enfermo desde Diciembre de 2016 y continúa
viviendo, e incluso se planteó la posibilidad de trasladarlo al Hospital
Bambino Gesú en Italia para continuar con el tratamiento. Tampoco
existe constancia de sufrimiento intenso. Por eso, puede concluirse que retirarle la respiración mecánica se podría calificar como un acto objetivamente eutanásico.
Otro asunto es considerar cómo han retirado la patria potestad a los padres, que
son quienes tienen el derecho de defenderlo. Como decía recientemnte el profesor Nicolás Jouve: “Por muy triste que sea su
caso, son los padres los que están en su pleno derecho de agotar todas las posibilidades que existan, por lo menos para los cuidados finales”.