Seguro que estás indignado con las noticias que ves últimamente en la televisión. Independientemente del partido político que seas (eso a nosotros como psicólogos no nos incumbe) seguramente que en algún momento, viendo las noticias, te hayas indignado.
A continuación vamos a analizar qué es la corrupción desde un punto de vista psicológico y cómo es el perfil del corrupto.
Tipos de moral
Desde el punto de vista de la Psicología, podemos afirmar que todos tenemos dos tipos de moral: una que llamamos autónoma y otra heterónoma.
La moral autónoma, es aquella en la que a todos se nos enciende un piloto automático que nos indica que algo que estoy haciendo no está bien. Es entonces cuando me detengo, y sin tener ni que ponerme a pensar, si realmente he interiorizado una norma, entonces cumplo con la ley, con la obligación o con lo que corresponda.
Por ejemplo, cuando hay un semáforo en rojo, yo me paro porque tengo la norma interiorizada y no me hace falta ni pensar en las consecuencias porque la tengo asimilada. Es ahí cuando no me salto las normas porque entra en funcionamiento la moral autónoma.
Avaricia y corrupción. Fuente de la imagen: uepa.com
Sin embargo, existe la moral heterónoma. Esta es la moral propia de personas corruptas. Realizan las conductas inapropiadas independientemente de las consecuencias que tenga. En realidad todos podemos tener algo de moral heterónoma, pero en general, teniendo en cuenta las consecuencias de incumplir una norma, la cumplo precisamente por el miedo o castigo que ello pueda conllevar.
En el caso de las personas corruptas está más que claro: entra en funcionamiento la moral heterónoma, sin cumplir las normas y ‘pasando’ de las consecuencias.
Qué es la corrupción
La corrupción es una trasgresión INTENCIONADA de las normas políticas, sociales, etc. cuya finalidad es obtener beneficios privados mediante el soborno, el fraude, el impago de impuestos, etc. La corrupción no es una patología en sí, no está contemplada en las grandes guías de trastornos psicológicos, como el DSM (manual estadístico diagnóstico de los trastornos mentales).
Sí es cierto, que las personas corruptas, a pesar de no ser enfermos mentales, tienen ciertos rasgos similares a los psicópatas. En ningún caso quiere decir esto que haya una estrecha relación causa-efecto, ni de ningún tipo, simplemente coinciden algunos de los rasgos que presentan ambos.
Diferenciemos un psicópata de una psicosis. Un psicópata es una persona que posee rasgos psicóticos, mientras que la psicosis es una enfermedad de la mente, de la psique. Los corruptos son individuos que tienen un determinado tipo de actuación, un perfil. Tienen un modus vivendi y un modus operandi que a continuación detallamos.
El perfil del corrupto
Los siguientes son los rasgos más comunes que presentan las personas corruptas, según algunos estudios:
- Ignoran a los demás, no piensan en sus emociones, ni sentimientos
- Prescinden de valores morales y éticos
- Tienen un modus operandi y vivendi que les lleva a satisfacer sus propias necesidades y su propio ego. Pueden ser ególatras. Su comportamiento, en cierta manera podría ser similar al de un niño de 6 años
- Son individuos sin control de emociones ni impulsos
- Tienen una nula aceptación de las normas éticas y morales, aunque en muchos casos no se les note
- Tienen tendencia a la violencia (aunque no sea física)
- Carecen de ansiedad y de temor
- Son fríos y calculadores
- A diferencia de los psicóticos, los corruptos no tienen un pensamiento desorganizado
- No tienen sentimiento de vulnerabilidad. Creen que las cosas que hacen, no serán descubiertas, no se les podrá juzgar o nunca serán castigados por ello
Mapa mundial de la corrupción. Fuente y más información en: wwwhatsnew.com
Dicho esto, podemos concluir que la corrupción podría considerarse como un rasgo más o un síntoma más de una verdadera patología, como por ejemplo un trastorno narcisista de la personalidad o un trastorno antisocial de la personalidad, que sí son verdaderas patologías.
Los corruptos ‘narcisistas’ son verdaderos ególatras, carecen de emociones para conectar con los demás, tienen la necesidad de ser admirados y se creen superiores al resto de las personas.
El perfil del corrupto antisocial, es el del un verdadero manipulador, que viola los derechos y libertades de los demás, comete actos delictivos, desde luego que no acepta la responsabilidad o culpa de los actos cometidos y nunca muestra arrepentimiento (al menos a la cara de la sociedad).
Sabemos que después de leer este artículo no te sientes aliviado ni mejor, pero al menos ahora ya sabes cómo es el perfil de un corrupto, y quizás puedas estar mejor prevenido en el futuro…
Sobre el autor
Yolanda
Yolanda Pérez Directora del centro de Psicología Eclipse Soluciones. Doctora en Psicología (nº col. CV-9418) y Master en Psicología de la Salud. Especializada en terapa adultos-intantil. Experta en formación y orientación laboral.
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