Como fieles miembros del reino animal, olemos para identificar a nuestra pareja, amigos, enemigos, depredadores y peligros. ¿Por qué? Nuestra nariz está llena de células que captan los olores del aire, muchos de éstos nos hacen delirar...¡Uhm..huele a José....la vainilla me recuerda a ti, Edith!
En los mamíferos en general el sentido del olfatono es analítico, más bien nos ayuda a generar emociones y así lograr la supervivencia de la especie. Así sentimos placer cuando olemos un agradable perfume o asco cuando alguien pasa por ahí con "cierto aroma" a zorrillo.
De aquí desde el principio de los tiempos hemos trabajado en conseguir el perfume ideal. En Egipto, a la faraona Hatshepsut se le atribuía su éxito al aroma del incienso que utilizaba en su piel.
Era atractiva a pesar de que tenía sobrepeso y artritis; su magia no era sólo el perfume, sino una mezcla de compleja de cientos de moléculas y expresiones que se unieron para hacerle pensar a toda la sociedad que olía rico. (Eso y todo su poder)
Hasta el reino vegetal tiene sus curiosidades entorno a este tema. Los musgos también desprenden ciertas señales químicas para lograr que los colémbolos vayan a visitarlos y así poder reproducirse. ¡Qué pícaros!
¿Por qué algunos somos más atractivos que otros? La ciencia explica que la causa de nuestro atractivo es la Feromona, todos la tenemos para despertar en el otro ese "no sé qué", un desencadenante químico que provoca una respuesta animal, es como una huella en nuestro cuerpo; nacimos con esto pero también podemos ayudarnos con otras sustancias.
Si los musgos consiguieron dar con el clavo de su aroma perfecto, ¿Qué fragancia es la que nos hará conseguir a nuestra media naranja?
En 2010 el neurobiólogo Rafi Haddad usó una nariz electrónica para definir cuáles eran los olores más placenteros y concluyó que existe un factor biológico que nos hace más proclives a los olores frutales como la toronja, el limón, durazno y naranja.
Cuando encuestó humanos, los hombres se volvieron locos por la mezcla entre la calabaza y la lavanda, mientras las mujeres dieron el sí por el olor a talco. ¿Curioso, no?
Las tendencias actuales revelan que los olores frutales y florales son los más vendidos en las tiendas. Para el día más ligeros y para la noche más densos como la madera, la nuez, el incienso y el coco.
3. Pregúntale a alguien más cómo te huele. Lleva a alguien para la compra o pregunta a la vendedora qué tal te queda ese aroma. Servirá de guía para tu elección.
4. Procura no fiarte en cómo le huele el perfume a alguien más, no es seguro que ese vaya ser el resultado en tu piel.
5. Escoge un aroma que perdure que no moleste en la distancia.
Sin importar el perfume que utilices, en la cultura occidental hombres y mujeres resultan más atractivos para el sexo opuesto si están limpios y aseados, que su apariencia esté impecable de pies a cabeza. No obstante, nunca está demás echarse una ayudita con alguna loción ;)
Y a ti, ¿qué aroma te derrite? ¡Cuéntanos!