Con su cuerpo robusto y resistente, el Alaskan Malamute pasa por ser la más poderosa entre todas las razas de perros tiradores de trineos, no en vano es conocido también con el nombre de "la locomotora del Ártico".
Se trata de una la de las razas caninas más antiguas, cuyo aspecto ha permanecido prácticamente invariable a lo largo de los siglos, además de ser una raza pura que no es el resultado de cruces realizados por el hombre.
Este perro inteligente de estampa preciosa debe su nombre a los mahlamuts, un pueblo de origen siberiano que se instaló en Alaska hace dos mil años.
Carácter del perro Alaskan Malamute
El Alaskan Malamute es un perro extrovertido que se ganará rápidamente nuestro cariño. Recibe y saluda a todo el mundo con jovialidad, incluso a personas que no son de la casa o que ve por primera vez en su vida. Precisamente por eso no será nunca un buen perro guardián.
Su apariencia, muy cercana a la del lobo, puede resultar intimidatoria. Sin embargo, es un perro extremadamente leal con la familia y los amigos, además de muy cariñoso con los niños. Por otra parte hay que señalar que, si bien no es un perro ladrador, sí tiende a aullar, lo cual puede llegar a ser molesto para los vecinos.
De espíritu aventurero, el Alaskan Malamute es feliz viviendo al aire libre y, encerrado en un jardín, tratará incansablemente de buscar una vía de escape. No debemos restringir sus movimientos a un espacio cerrado o de dimensiones reducidas durante demasiado tiempo, pues ello aumentará sus niveles de ansiedad y posiblemente su agresividad.
Debido a sus orígenes como perro de manada usado en labores de tiro, tiene muy marcado el instinto de manada, jerarquía y territorio, lo cual genera a menudo fricciones con otros perros, en especial con machos de su misma especie. Las hembras son en este sentido menos problemáticas.
Alaskan Malamute: Características de la raza
El Malamute de Alaska es un perro de trabajo de gran tamaño que alcanza una altura a la cruz de 63-65 cm (algo menos en las hembras) y un peso de alrededor de 35 kg.
Su constitución física es fuerte y compacta, con unas extremidades muy potentes. Sus orejas son pequeñas y triangulares. La cola, muy parecida a la del Husky Siberiano, se curva por encima de la espalda.
La capa de pelo externa del Alaskan Malamute es gruesa y áspera, mientras que la capa interna es muy tupida, de textura lanosa y suave. El pelaje es más largo en el cuello, alrededor de los hombros y en las patas. Sus colores habituales son el blanco y el negro, pasando por varias tonalidades de rojo, aunque el vientre y las patas siempre son blancos.
Diferencias entre el Alaskan Malamute y el Husky Siberiano
Mucha gente tiende a confundir al Alaskan Malamute con el Husky Siberiano. Aunque se trata de razas físicamente muy parecidas, hay una serie de elementos que nos ayudan a diferenciar una de otra.
En general, el Alaskan Malamute es más fuerte y corpulento. Su pelaje es más corto y su cabeza es de mayor tamaño, aunque las orejas del Husky son más largas y puntiagudas. Un rasgo muy claro para ayudarnos a identificar a un Husky Siberiano es la heterocromía ocular, es decir, que cada uno de los ojos del perro presenta un color diferente, algo muy común en esta raza y que no se da en el Malamute de Alaska.
Las diferencias de carácter entre uno y otro perro son más sutiles, aunque en líneas generales se puede afirmar que el Alaskan Malamute es más obediente y se adapta mejor a la vida en familia.
Cómo educar a un Alaskan Malamute
Es imprescindible conocer los orígenes y las peculiaridades de un Malamute de Alaska para poder adiestrarlo correctamente. En primer lugar, hay que tener claro que se trata de un perro acostumbrado a actuar dentro de la jerarquía de una manada, por lo que es fundamental que marquemos desde el principio nuestra posición dominante. Por esta misma razón hay que iniciar la educación desde que son cachorros.
Para que su educación llegue a buen puerto, tenemos que tener especial cuidado en que nuestro Alaskan Malamute no se aburra. Al tratarse de un perro muy inteligente, necesitará constantemente estímulo.
La clave está en variar el ritmo y el tipo de las actividades que realizamos con él: hacer paseos cada vez por lugares distintos, intercalar diferentes clases de juegos y, sobre todo, evitar caer siempre en la misma rutina.
Cuidados recomendados
Trabajador incansable, el Alaskan Malamute necesita correr, saltar y jugar para mantener un buen estado físico y mental. Sin embargo, un ejercicio inadecuado para su edad o sus características afectarán al carácter del perro, que puede llegar a provocar en él comportamientos destructivos.
También necesita su espacio abierto, como un patio o jardín de casa, donde disponga de un rincón en el que poder excavar, ya sea un trozo de tierra o un simple arenero.
Como es lógico en un perro ártico, el Alaskan es especialmente sensible al calor. Si vivimos en una región con clima cálido tenemos que asegurarnos de que nuestro perro disponga de un lugar fresco y con sombra, así como abundante agua. También conviene evitar realizar las sesiones de ejercicio en las horas de excesivo calor.
Debemos cepillar a nuestro Alaskan Malamute un par de veces a la semana para mantener limpio el pelaje y para que la capa de grasa natural que protege su piel esté distribuida de forma más o menos uniforme.
En la época de caída de pelo, en primavera y otoño, el cepillado ha de ser más frecuente. Por suerte, uno de los rasgos más positivos del Alaskan Malamute es su fijación por mantener su abrigo limpio, un comportamiento que nos recuerda a los de los gatos.