entonces te miré fijoacepté el gruñido(que no fue nada “porque no es nada”)y descubrí las cuentas del rosario en tu manola cartera en la silla, el perfume, los zapatos;todos los vestidos que no ibas a ponerte;y uno soloen el perchero del armario con un hexápodo de lavandina
……………………………………………………………………………….la eyaculación pálidaera la regla de tu excepciónel silenciohaciendo pleonasmo.………………………………………………………………………………
cuando por fin te arranqué la carnedescubrí que tus huesos eran peones blancos de ajedrez
Ben Tolman