Si alguien perdiera la capacidad de sorprenderse, debería entrar en un segundo grado. Para ellos el mundo es una sorpresa constante, pero vaya a saber por qué misterio, te lo hacen saber sorprendiéndote. No porque uno subestime la capacidad comunicativa o creadora de la infancia, sino porque tienen la magia de mostrarte cosas maravillosas cuando menos lo esperas.
Una de aquellas sorpresas es el cuento que hoy les presento. Lo escribió e ilustró Brenda, casi a fin de año. Se llama "El perro verde" y fue una hermosa sorpresa leerlo. Me sorprendió que con tan pocas palabras dijera tanto, que pudiera conectar el texto con las ilustraciones con mucha significación (casi a modo de libro-álbum si tomamos como referencia el final del texto y la última imagen). Me sorprendió la simpleza y la claridad para hablar de un tema tan complejo como es la inclusión social. Me sorprendió que fuera una creación libre, sin condicionantes escolares y que a la vez fuera un regalo para mí.
"El perro verde"
(transcribo el texto adaptando la convención ortográfica, no así los signos de puntuación)"Había una vez un perro y un día se metió a un balde gigante de pintura verde y cuando salió, él no se dió cuenta y salió a la calle a jugar y todos los perros se reían de él y cuando fue a la casa no le gustó cómo le quedaba al perro verde y lo abandonaron.
Y se tuvo que aguantar las risas hasta que se cansó y salió corriendo a otro lado pero ahí tampoco lo querían y se escondió ahí. Pasaron varios días y no salió.
Luego se va y lo adoptaron y ahí había una perra verde también y se casaron y tuvieron 3 hijos. Fin"
Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo.¡Abrazo viajero!