Revista Cultura y Ocio
Basilio Pujante (Murcia, 1982) acaba de publicar en Boria Ediciones un libro de relatos titulado El peso del hielo. Y ésta es, sin duda, una buena noticia para los amantes de la ficción breve, porque su pericia literaria es notable. Lo sabíamos por sus Recetas para astronautas y, desde luego, lo corrobora en esta nueva entrega, en la que despliega ante nuestros ojos once historias muy bien urdidas y en las que descubrimos un detalle unificador: los destellos autobiográficos (o con un aspecto autobiográfico) que el escritor murciano va deslizando por las páginas y que nos permiten intuir una especie de eje que vertebra los relatos. Así, en “Jimbocho” leemos la historia de un joven escritor que encuentra, lejísimos de su país y de su idioma, una veintena de ejemplares de su primer libro de relatos, que contiene un cuento titulado “Follar, verbo transitivo” (que, efectivamente, ocupa las páginas 28 y 29 en el libro Recetas para astronautas); en “Elogio de la cordura” nos encontramos con un joven profesor de instituto que ultima su tesis y aspira a convertirse en escritor profesional; y en “Fav” se nos relata el amargo desasosiego que acomete a un docente (cuya cuenta de Twitter es @elsursumcorda) cuando se ve obligado a aprobar a un alumno que en realidad no lo merece… Son detalles que podrán parecer quizá accesorios para un lector que no conozca a Basilio Pujante, pero que me parece que colorean de forma especial algunas de las narraciones del volumen.Un volumen en el que, al margen de estas consideraciones, descubrimos historias sobre competiciones de reciclaje para obtener como premio una bicicleta; hondos apuntes en clave sobre las heridas que se reciben en el corazón (“Es como volar”); relatos poliédricos en un aeropuerto (“Puerta de embarque”); hermosos textos que no sería descabellado que el autor desarrollase en el futuro en forma de novela (“Historia meridional”); y narraciones sobre la amistad, la hipocresía y el bochorno de la claudicación de los ideales (“Quemado”).El peso del hieloconstituye un paso firme de Basilio Pujante en su trayectoria de escritor, que el sello Boria ha publicado acertadamente, con una hermosa cubierta de Eugenio García Barceló y Paqui Nadal.