¡Estoy aquí! No os penséis que me he volatilizado. Os tengo un pelín abandonad@s, no lo niego. Y os dije hace unos meses que todo volvería a su cauce, ¡todo vuelve! Y os lo sigo diciendo, tened paciencia.Estos meses he abandonado un poco la labor y me he lanzado de nuevo a la lectura, necesitaba historias de otros más que las agujas. Aun así, la llegada de Aniol hizo que volvería a recuperar los hilos.
Elegí un modelo de la revista Katia nº 72, primavera-verano para bebé, y lo tejí con su hilo Mississippi. ¡Una delicia para las agujas!
Me decanté por los colores pistacho y tejano, como veis. Y decidí no ponerle botones sino checks y no tejerle bolsillos. ¡A mi libre albedrío! Ya me conocéis, si no fuera así no sería Esther 100%.
Fuimos a ver al pequeñín hace unos días y creo que confirmamos que el paso del tiempo lo marcan ellos, los bebés. Como en dos meses ha cambiado tanto… hace evidente el paso del tiempo. En nada aguantará la cabeza, en nada llevará el peto y lo llenará a la perfección, en nada… ¡Aniol crece!Me ha encantado tejer con este hilo y ya sabéis qué dos cosas me pierden de verdad: tejer para bebitos y tejer calcetines… Una vez tengo al peque listo, creo que tengo un par o tres de calcetines esperando… ¡Levantad la mano los que os he prometido calcetines! Verano, ya sabéis, sinónimo de calma y no-rutinas. Estaréis pensando: ¿y qué es Esther sin rutinas? Pues ya os digo yo que un manojo de nervios, como siempre, pero viviremos estos dos meses cargados de labor, de lectura, de música y de mucho darle al Play. La semana que viene las historias de junio-julio. No os vayáis, ¡volveré!