"El pibe que arruinaba las fotos" de Hernán Casciari
Sinopsis
Una emocionante novela autobiográfca sobre la memoria de las pequeñas cosas, a ambos lados del océano.
Ilustre bloguero, periodista y narrador, este argentino afincado en Barcelona desde el año 2000 quiere compartir con esta novela su vida «del otro lado del charco». Sus manías de niño, sus comienzos como periodista en Argentina o su llegada a España, son la materia prima de estas divertidas pinceladas de vida, con toques de nostalgia e irónica lucidez. Casciari rememora su historia personal engarzando, con humor y ternura, episodios de su vida hasta llegar a esos eventos que marcaron un antes y un después en su trayectoria vital y literaria: la muerte de su padre y la llegada a España de su mejor amigo.
Una novela entrañable, y en muchas ocasiones cómica, con la que el lector se identifcará fácilmente. Datos Técnicos
Editorial: Plaza & JanesNúmero de páginas: 240Encuadernación: Tapa blanda / EpubISBN: 9788401389733Año de edición: 2009Precio: 14,50€ / 5€
Sobre el autor: Hernán Casciari
Impresiones
El Pibe que Arruinaba las Fotos de Hernan Casciari, periodista y escritor argentino, de aquí no más, del Allende los Andes!!.
Este es un libro con el que me tope hace un tiempo y lo busque hasta tenerlo en mi Kindle. Sin embargo, por diversas razones siempre posponía su lectura, y así por meses. Quienes conocen mis hábitos de lectura dirán, normal para alguien que siempre ha proclamado que los autores latinoamericanos no le van, así es literatura latinoamericana es lo que menos leo (la evito lo reconozco, igual he leído los clásicos y algo más). Bueno, pero terminada la última novela romántica (que no me gustó) decidí darle la oportunidad a este Pibe.
El pibe que Arruinaba las Fotos, es una novela autobiográfica, donde el autor nos cuenta su niñez (y algo más) en un pueblito argentino llamado Mercedes. Relatado en primera persona, nos parte explicando el porqué de este atípico título, con lo que ya parte (por lo menos a mí) sacándome varias sonrisas, solo de imaginarme su cara. Su familia, la Chichita y Roberto (sus padres) son como la clásica familia de estos lares. Creo que eso fue una de las causas de que me gustará tanto este libro, me vi transportada a mi propia niñez.
Este Pibe (Hernán Casciari) arruinó sistemáticamente todas las fotos familiares y escolares hasta cumplir cerca de 7 años, cuando por circunstancias que no quiero adelantar a los que se tienten con el libro, decidió que dejaría de hacer morisquetas durante las fotos. Porque lo tuvo que enfrentarse las fotos de ahí en adelante, sólo con su cara normal, cara que hasta la Chichita desconoció!.
La Chichita era todo un personaje, de esas madres a la antigua, que cuando no les gustaba algo no dudaban en darte un sopapo, correazo ó chancletazo (de esos no me llegaron nunca ah!!).
A los siete, después de un paso fallido por rugby, lo mandan a hacer la Comunión (interesante eso de o deportes o la comunión, acá no es intercambiable). Los deportes no son lo suyo y su paso por el rugby me hizo reír en medio de un atiborrado tren subterráneo, donde los demás pasajeros me miraron con odio. Tentada estuve de leerles en voz alta los párrafos para que también hicieran más llevadero su viaje dentro de esa lata de sardinas.
Su paso por la Comunión es como el mismo autor diría, una bisagra, aquí es cuando aparece el Chiri, su gran amigo, que lo acompañará en forma permanente de ahí en adelante. Comparte con él su gusto por la lectura y películas, nada adecuadas, según su padre Roberto. Roberto otro personaje de culto, para èl (su padre) si el deporte no tiene pelota de es de putos, y todo lo que no es deporte… pues también. Sin embargo, fue Roberto quien le abrió el mundo a su gran pasión, enseñándole a los 4 años a leer y escribir, obvio en la máquina de escribir.
Vemos crecer al Gordo (el autor) y el Chiri, y vamos presenciando como a pesar de todo y de todos ellos van saliendo adelante. El gordo muestra tempranamente su genio escritor haciendo muchos relatos, deleitando con ellos a sus amigos y compañeros. Buena parte de ellos escritos a la antigua con maquinas de escribir, todo un detalle!.
El autor nos va llevando adelante y atrás en su historia, pero siempre uno mantiene el hilo sin perderse en el tiempo. Siempre contándonos anécdotas, buenas anécdotas e historias de vida. No evita temas más escabrosos, pero incluso en sus peores épocas narradas, logra sacarnos sonrisas.
Con un estilo directo y muchas veces riéndose de sí mismo vamos conociendo al autor.
Como nunca, este fue un libro donde tuve que ir subrayando párrafos, uno de mis favoritos la definición de Mentira: “La mentira es un alimento nutritivo, pero debe ser emitida para salvar a otros del aburrimiento, no para salvarse uno de la realidad o su frustración”. ¡¡La he vivido!!, cuando mi marido le cuenta a nuestra hija historias de su niñez, donde existe una base real, pero el grueso de la historia es una completa y gran mentira, pero nuestra hija las exige a diario camino del colegio.
Me gustó mucho el estilo de escritura, y sobre todo el humor del autor. Por lo que de seguro voy a repertirme el plato con algún otro de sus libros.
Por último, para terminar les entrego el último párrafo que refiere a la lectura : ”Si su lectura te hizo sonreír ó emocionar, pensá, que este podría ser un buen regalo para alguien. Y pensá también que queda feo regalar un PDF para los cumpleaños. Podés comprar este libro en editoriallorsai.com. La hija del autor, con el tiempo, te lo agradecerá”.
Reseñado por Macarena Rodríguez
Puedes hacerte con un ejemplar desde el siguiente enlace: El pibe que arruinaba las fotos