¡Por fin, Sagra tiene su picnic! Cuando me tocó ella me puse súper nerviosa, sabía que era una gran tejedora pero tenía pocos datos de cómo sorprenderla. Nunca me rindo y me puse a ello y creo que lo he conseguido, ¡cuánto me alegro!
Creé un picnic para ella. Le llegó todo en su mantelito listo para ir al campo, con su ramillete de romero y su etiqueta identificativa. (¡Qué miedo tuve al envío y a que llegara todo sano!)
Me fui a hacer las fotos al campo, para tener un recuerdo bonito del picnic y de mis primeros swapetines sola. Allí, si desplegabas el zurrón... ¡tachán!Tenía su madejita de lana de Schoppel Wolle Admiral, parecida a la que tejí sus calcetines. Un cactus del Atelier, ¡para no regar jamás!. Y una bolsita de pets de monja, típicas galletas catalanas, que creo que han hecho las delicias en su casa y ¡ya no queda ni una!
Junto a todo el kit... ¡los calcetines! Ya los conocíais y ahí estaban verdes muy verdes y según me ha dicho Sagra a sus pies como un guante, ¡y yo feliz!
Me ha encantado participar, ya os lo dije, y ahora he disfrutado con los reportajes de todas las swapetinas. Es alucinante ver como cada una ha trabajado su paquete, ha dedicado horas y horas y toda la ilusión y la emoción. Y os digo yo que si lo más satisfactorio para mí como tejedora es tejer unos calcetines, participar en los Swapetines es el reto más bonito del año. ¡Gracias Pilar! Y gracias a Sagra por agradecer su picnic!!!
Hasta el año que viene, seguiré aprendiendo el resto del año para los retos venideros.