(III.4.1) SIMBOLOGÍA TERAMÓRFICA.
Desde la antigüedad profana, el pie es símbolo tan polisémico como culturas existen. Desde el cazador que como signo de triunfo posa el pie sobre el animal abatido, o el guerrero que subyuga a su enemigo vencido con el pie sobre el cuello, el lavatorio o pedilavium en señal de humildad, o, en fin, veneración besando los pies al dignatario.
Los pies desnudos, son símbolo de libertad de cualquier contingencia temporal.
Cuando, al manifestarse Yhavé a Moisés desde la zarza ardiente le exige que se quite las sandalias (Exodo 3,5), tras esta orden está la idea de que el hombre pecador no toma posesión del lugar sagrado, sino que se presenta ante Dios con espíritu de humildad y sin pretensiones de soberanía.
El mandato de Jesús a sus discípulos de que no lleven ni alforja ni sandalias (Lucas 10,4 y Mateo 10,10) significa sólo la renuncia a los bienes terrenos, no la prohibición de llevar unas sencillas sandalias. Las sandalias pueden ser también un símbolo de disponibilidad a extender el evangelio en el mundo (Ef. 6,15).
El doctor de la Iglesia Ambrosio, ve en la indicación a Moisés de que se quite las sandalias una exhortación a no dejarse enredar en los lazos de la carne; y el mismo autor interpreta el pasaje del Cantar de los Cantares que menciona las sandalias de las esposas ( Cantar 7,2) como el camino de la Iglesia o del alma.
Caminar con los pies desnudos, descalzos, (LA VERDAD DESNUDA) e ir por todas partes, es la única forma honesta de acercarse a la SACRALIDAD, adentrarse en el bosque, símbolo de lo salvaje e impenetrable.
Descalzarse en los templos hindúes o islámicos es un gesto usual, pues se camina por un lugar sagrado. De ahí el dicho " el polvo de sus pies de loto", pues cada mota de polvo podría compararse a un lugar sagrado de peregrinaje, ya que los santos transportan en sus píes de loto (en sus polvos y arenillas), el microcosmos del lugar sagrado de peregrinaje de donde hayan venido.
Sección para "Curiosón" del grupo "Salud y Románico".