Patricia Almárcegui, la autora de "El pintor y la viajera", es doctora en filosofía y profesora universitaria de Literatura Comparada. Es, además, una apasionada de la literatura de viajes y el Orientalismo, sobre los que ha estado investigando en los últimos años.
Ese gusto por la literatura de viajes y por lo oriental le ha acercado a la figura de Lady Montagu, la viajera, una de las protagonista de la historia. Y, como la misma autora nos explica en el prólogo, viendo un cuadro de Jean Auguste Dominique, el pintor, titulado "La pequeña bañista", todo empezó a tomar forma y sentido.
Y crea Patricia Almárcegui, en este delicado y elegante libro, el hipotético encuentro (la distancia en el tiempo lo hizo imposible) entre estos dos personajes históricos.
Patricia Almárcegui, la autora
Y es éste un encuentro de los sentidos, no podría ser de otro modo; un encuentro entre los colores y el trazado, entre los aromas de Oriente y su sensualidad; un encuentro entre un hombre y una mujer, ya maduros, y enamorados de la vida y sus múltiples sensaciones.
Jean Auguste Dominique, hombre de carácter un tanto caprichoso, se encuentra en plena crisis creativa; le falta pasión, inspiracion. Acaba de salir de un retiro voluntario en su casa parisina, aislado de cualquier estímulo. Animado por su buen amigo, empieza a abrirse a la actividad mundana.
Por su parte, Lady Montagu vive en Venecia con su joven amante. Su marido, político británico, y sus dos hijos residen en Londres. Saben que es el de ella un espíritu libre. Pero empieza a sentir la necesidad de volver al contacto con la actividad intelectual. Echa de menos a sus amigos de París, con sus tertulias y reunios varias. Necesita sentirse viva.
Y en París es donde se produce el encuentro entre estos dos personajes tan peculiares, singulares, únicos... Y allí es donde la viajera se convertirá en la musa y la nueva fuente de inspiración del pintor.
La pequeña bañista, de Ingres
Ha sido un placer conocer a Ingres (1780-1867), que era un completo desconocido para mí hasta esta lectura, y a Lady Montagu (1689-1762), una mujer adelantada a su tiempo, una de las primeras feministas, una mujer de mundo, culta, intrépida viajera, y que introdujo en Londres la inoculación de la vacuna contra la viruela. Artistas de renombre, como Delacroix o Baudelaire, también se pasean por las páginas de esta obra.
"El pintor y la viajera" es un muy buen libro, que no he devorado sino que he ido degustando poco a poco como se hace con un plato exquisito. Es de esos libros que se merecen una segunda lectura.
Mi agradecimiento, por supuesto, a Ediciones B.
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