El Parque Natural de los Valles Occidentales se extiende por 27.073 ha de montañas y valles del extremo occidental del Pirineo Aragonés, entre Navarra y Francia, en la provincia de Huesca. Protege las cabeceras de los valles de Ansó, Hecho, Aragüés del Puerto y Aisa.
Alberga una naturaleza prodigiosa, con densos hayedos, profundas gargantas, valles glaciares e imponentes montañas, que cobijan una rica y variada flora y fauna: oso, quebrantahuesos, urogallo, más de 1.200 especies de flora.
Los pueblos también son monumentales, por lo que es un lugar idílico para disfrutarlo haciendo montaña, observando aves, practicando senderísmo o pasar unos días en familia.
Todos estos valles han estado ocupados por el hombre desde la prehistoria, como lo atestigua la gran cantidad de monumentos megalíticos (5.000-3.000 a.C.). A 8 km de Hecho, justo antes de entrar en la Garganta del Infierno, está el centro de interpretación sobre el megalitismo en una antigua casa forestal en donde nos informarán.
Entre todos, destaca la Corona de los Muertos en Oza, que es un yacimiento en donde hay 120 círculos de piedra, cuyos restos más antiguos se relacionan con cabañas del Paleolítico hace 9.000 a.C. Se llega desde Selva de Oza, de donde sale un sendero balizado por medio del hayedo.
Los montes comunales han dado mucha riqueza a los habitantes de estos valles, pues hasta finales del S XX la economía se fundamentaba en la ganadería y la madera. Los excepcionales pastizales de la zona eran utilizados durante el verano por miles de cabezas de ganado, ovejas y vacas, que invernaban en el Bajo Aragón.
La madera era otra fuente fundamental de riqueza para todos los vecinos. La madera se procesaba en las serrerías municipales, una en cada valle (Ansó, Aragüés, Jasa y Hecho), y dejaba una gran riqueza en los municipios.
La arquitectura tradicional de la zona es muy característica de estos valles y está muy bien conservada. Todos los pueblos son bonitos, pero por su mayor tamaño y monumentalidad destacan Ansó y Hecho. Las casas son de piedra, con balconadas de madera y grandes chimeneas.
En cuanto a la gastronomía los platos típicos son de origen pastoril, como las migas, pero también es famoso el cordero, el ternasco, los embutidos, truchas y quesos. En los últimos años han surgido pequeñas empresas familiares que utilizan los recursos locales en sus producciones. En Embún se ha recuperado el cultivo de variedades de alubias locales, en Hecho se elaboran las famosas galletas “Chesitas”(*) y en Aisa hay una quesería en donde se elabora requesón, quesos de oveja y de vaca.
Un parque de montaña
Los Valles Occidentales es un parque natural de montaña que se extiende por la cabecera de los valles de Ansó, Hecho, Aragüés del Puerto y Aisa, en donde el relieve ha sido modelado por los glaciares, dando lugar a los típicos valles con perfil en U, cubetas y lagos glaciares.
En el valle de Aguas Tuertas, en la cabecera del Valle de Hecho, podemos contemplar un paisaje espectacular, pues el fondo del valle glaciar se ha colmatado con los sedimentos de la montaña, formando una extensa llanura por donde el río se abre paso formando bonitos meandros.
Destaca la gran diversidad vegetal. En las partes más bajas, de marcado clima mediterráneo, se extiende el encinar pero según nos adentramos en el valle va siendo sustituido por otras especies hasta llegar a la cabecera de los valles, en donde la influencia de los vientos atlánticos, cargados de humedad, permite la existencia de densos hayedos. A partir de los 1.650 metros, solo vive el pino negro, que puede llegar hasta los 2000 metros de altura. Esta transición se puede ver claramente en la Garganta del Infierno.
Bosques con árboles de “13 plantas” de altura
Hay varios bosques de renombre, todos ellos de hayas y abetos, especies que pueden alcanzar notables dimensiones, pues las hayas pueden alcanzar 30 metros de altura y los abetos hasta 40, una altura equivalente a un bloque de 13 plantas.
Algunos de estos enclaves para disfrutar del bosque son:
Bosque de Gamueta en Linza, en la cabecera del Valle de Ansó. Es uno de los mejores bosques del Pirineo Aragonés. Se puede disfrutar por una senda balizada de cinco kilómetros, en la que podremos ver diversas especies de árboles y grandes hayas y abetos.
Garganta del Infierno, en Hecho. Es un imponente desfiladero esculpido por el Aragón Subordan, entre imponentes acantilados. El bosque en esta zona presenta una gran riqueza en especies. Se inicia junto al centro de interpretación del megalitismo.
Selva de Oza, en la cabecera del valle de Hecho. Aquí hay un interesante hayedo abetal que, como en el caso de Gamueta, podremos explorar por varias pistas balizadas, como la que lleva a la Corona de los Muertos.
La confluencia de tantos ambientes y su buen estado de conservación permiten la existencia de una rica y variada fauna.
Las diversidad de aves harán, sin duda, la delicia de los ornitólogos. Entre las especies forestales destacan: pico dorsiblanco pito negro, urogallo, agateador norteño, carbonero palustre, camachuelo, verderón serrano. De las especies típicas de los roquedos las rapaces son muy abundantes, con 4 parejas de águila real, halcón peregrino, alimoche, más de un centenar de parejas de buitre leonado y quebrantahuesos.
La fauna de mamíferos también es rica, con ciervo, corzo, jabalí, rebeco, gato montés, nutria, marta, marmota, y todavía es recorrida por algún oso. Esta especie encuentra aquí su último reducto en el Pirineo occidental, puesto que el grueso de la población se encuentra en el Pirineo Central, entre Francia, Lérida y Huesca. Se estima que apenas quedan dos osos, por lo que la población carece de viabilidad en la zona.
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