José Luis Rodríguez Zapatero fue uno de los pioneros mundiales de la legalización del matrimonio homosexual, pero en asuntos de parejas se quedó corto.
El ayuntamiento socialista de Sevilla es más aperturista: le entregará a los adolescentes lubricantes vaginales y anales para facilitarles el placer.
Es una novedad importantísima, pues considera el éxtasis físico un nuevo derecho humano que debe ser sostenido con nuestros impuestos.
Cuando se definieron los Derechos del Hombre en la Asamblea revolucionaria francesa, en 1789, se enumeraban los de la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.
Aparecieron luego otros, como los de prensa y conciencia, y ahora estamos reclamando los de “tercera generación”, que incluyen los del bienestar físico, de los que el placer es una parte.
Renovando a Zapatero, y tomando el ejemplo socialista sevillano, Pedro Sanchez debe incluir formalmente el placer como Derecho Humano antes de que robe la idea Podemos.
Snchz. ha prometido que en su nueva Constitución federal impondrá un artículo que especificará los derechos de homosexuales y transexuales porque, afirma, las leyes no los protegen adecuadamente.
Por el mismo motivo debemos exigirle que aplique en toda España el derecho al placer, que debe calificarse de fundamental.
Nada hay más socialista que hacer justicia con las clases desfavorecidas, como son los pobres sexuales: millones de personas sin éxito, incapaces de emparejarse porque las rechazan los objetos de sus deseos.
El mundo volverá a admirar España. Verá un país que suple las necesidades de los más desfavorecidos. Siendo imposible cambiar el sistema capitalista dirigido por la Troika, ante el que se humilla hasta el griego ultraizquierdista Tsipras, busquemos otras formas de reducir la pobreza.
El Estado, pues, deberá proporcionarle parejas a los pobres sexuales de acuerdo con sus demandas, lo que supondrá un triunfo, una renovación ideológica socialdemócrata que maravillará al mundo.
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SALAS