Revista Opinión

El placer sexual femenino es mucho mayor que el masculino

Publicado el 26 junio 2015 por Alberto Alberto Rodriguez Garcia @albertoalmundo

Curiosidades-sexualidad-femenina

Aunque la mujer disfrute mucho más con la sexualidad que el hombre (cualquier hombre experimentado lo sabe), no la desea tanto como el hombre (otra evidencia aunque las feministas habitualmente lo nieguen). Es decir, GENERALMENTE, los que siempre “estamos dispuestos” somos los hombres; sin embargo las mujeres no tanto… ¿Por qué será?

Está claro que la sexualidad es mucho más que sólo placer sexual. Pero parece que las mujeres valoran mucho más esas otras facetas de la sexualidad que el hombre. Entre esas otras facetas, está el embarazo. Y ese hecho no es una simple anécdota para la vida de una mujer, claro está.

INCISO: Olvidémonos por un momento de la función de los anticonceptivos. Estamos intentando entender una actitud muy básica e instintiva y, por lo tanto, nada relacionada con la contracepción.

Por otro lado, a un hombre, es evidente que la paternidad no le afecta tanto como la maternidad a una mujer. La maternidad es un vínculo muchísimo más fuerte que la paternidad, siempre hablando en términos generales. Yo no soy un hombre típico y la paternidad sé que me marcará (espero algún día) muchísimo. Pero debo admitir que no está al mismo nivel que la maternidad. Por lo tanto, nunca tendrá la misma transcendencia tener un hijo para un hombre que para una mujer. Repito, en términos generales.

Por lo tanto, debido a las evidentes diferencias entre la paternidad y la maternidad, la actitud sexual de hombres y mujeres debe ser muy distinta. Y una de ellas podría ser la que se mencionaba en el primer párrafo de este escrito: La apetencia sexual femenina normalmente está bastante por debajo de la masculina. Y la razón, después de lo expuesto, parece bastante evidente: Instintivamente, la mujer no está tan dispuesta a tener relaciones sexuales simplemente porque pueden implicar mucho más para ellas que para ellos (maternidad). La maternidad es, según lo expuesto, una responsabilidad mucho mayor que la paternidad y por lo tanto, el peso de esa responsabilidad es el que regula el instinto de apetito sexual en la mujer.

Además, de la misma forma natural, cuando otros factores se añaden a una relación sexual, como es el sentimiento, la amistad, etc.; la apetencia sexual femenina aumenta proporcionalmente. Y eso es por el mismo razonamiento: Esos factores, intuitivamente, garantizan a la mujer que ese hombre permanecerá a su lado, aunque su instinto paternal no esté a la altura del instinto maternal de ella.

Aborto versus apetito sexual femenino

El aborto se podría considerar como un procedimiento que intenta igualar la desproporción entre la implicación maternal y la paternal. Al tener la opción del aborto, una mujer se libera automáticamente de su “esclavo instinto maternal” que no le permite tener el mismo apetito sexual que el hombre y, por lo tanto, no disfrutar de una forma tan libre de la sexualidad como lo hace el hombre.

Pudiera ver el lector cierta incongruencia al leer que una actitud social (el aborto) modifica una actitud instintiva (apetito sexual). En realidad no sucede eso. Lo que ocurre es que mediante el aborto, la mujer se permite ir más allá de lo que el “cuerpo realmente le pide”… ¿Y por qué querría una mujer trasgredir esa actitud instintiva? La razón más evidente es que estamos en una sociedad extremadamente hedonista, donde todo o casi todo debe ser realizado por puro PLACER… Las niñas, que no se escapan de esta cultura hedonista, pronto advierten la gran discriminación “natural” a la que han sido “naturalmente sometidas” y la sociedad las empuja a romper con esas reglas naturales. Evidentemente, nadie les explica que esa moderación sexual no es una actitud retrógrada, sino instintiva. Por lo tanto, según ese falso planteamiento, se fuerzan a sí mismas a ser “sexualmente muy activas” (todo lo posible). Actualmente esta situación ha llegado hasta extremos realmente ridículos, con mujeres compitiendo con los hombres en lo que apetito sexual se refiere. Ridículo, patético y muy lamentable por todas las consecuencias que tiene (no sólo embarazos no deseados y los abortos posteriores).

Como conclusión, yo creo que el aborto se pude considerar como una aberración social que, en lugar de corregir el rumbo errático de una actitud materialista y superficial, lo ratifica. El aborto lleva a las mujeres a sucumbir a una “moda” más, que oculta una actitud instintiva. Esa ocultación de una actitud instintiva es muy grave para la propia mujer (por propia definición de instintivo). Pero además, esa nueva actitud social forzada (abortista) tiene implicaciones realmente muy dramáticas: El asesinato de millones de niños no natos a manos de sus propias madres. Ante la complacencia masculina que, lejos de ver este drama de magnitudes genocidas, se congratula de que la mujer, por fin!, ya siente ese apetito sexual tan deseado por siglos en ellas… Es por eso que muchos estudiosos pro-vida dicen que el aborto no es ni mucho menos una actitud feminista, sino totalmente machista, porque beneficia esencialmente al hombre y empobrece a la mujer.
No sé qué pensará el lector, pero yo creo que todo este artículo es mucho más que una simple hipótesis. Es una CRUDA REALIDAD actual de consecuencias naturales incalculables por un lado (al eliminar de esta forma una actitud instintiva tan importante) y de VERGÜENZA absoluta futura, cuando, por fin, la Civilización se dé cuenta de la magnitud de este GENOCIDIO HUMANO, que mata a MILLONES DE NIÑOS no natos al año en todo el mundo…

Compensación de una paternidad débil

Por estos mismos argumentos; un hombre que quiera ser padre, debe aportar otros valores a la relación para compensar el poco valor que tiene su paternidad y dejarla al mismo nivel que la maternidad. De nada le sirve a una mujer comprobar el deseo e instinto paternal de su pareja, porque, intuitivamente, ella sabe que ese instinto tiene poco valor, en relación a su instinto maternal. Por eso, hay que ser muy comprensivo ante los recelos de una mujer a la hora de ser madre, en una sociedad tan materialista y superficial como la actual, donde el instinto de paternidad es una garantía de compromiso muy pobre por si sola.

Y es que, además, la mujer debe asegurarse que el hombre escogido para tener hijos, es el que se quedará con ella “para siempre”, o al menos, hasta que los hijos ya sean adultos y se valgan por sí mismos. Eso es así porque la mujer normalmente tiene la custodia en caso de separación. Y eso, que inicialmente es lo que desea la madre, al final se convierte en una carga enorme para esa mujer. Un “mal menor” que hay que evitar a toda costa. Por eso, la mujer no sólo debe encontrar a un buen padre (instinto paternal) sino a un buena pareja sentimental también.

Por lo tanto, el hombre debe de hacer un esfuerzo extra para “enamorar” a su pareja y hacerle ver que, primero no sólo quiere placer sexual; segundo que tiene realmente ganas de tener ese hijo y, finalmente; que es realmente una buena pareja sentimental. Después nos extraña que una mujer, “teniéndolo todo” le tenga tanto miedo a tener hijos. Intuitivamente se sabe por qué, pero ahora creo que ya es más evidente el razonamiento.

¿Y qué relación tiene la actitud masculina con el tema del aborto? La lucha contra el aborto pasa por re-educar al hombre para “sintonizarse” mejor con la mujer. Esa sintonización pasa por tener más en cuenta los tres puntos expuestos en el párrafo anterior:

  • No fomentar el carácter hedonista de la sociedad actual. El placer no es lo prioritario.
  • Valorar la descendencia como el hecho natural más transcendental en la vida de cualquiera. Tener hijos no se debe forzar pero tampoco quitarle la importancia crucial y evidente que tiene, como muchos grupos sociales intentan hacer.
  • Educar para el amor de pareja. Lamentablemente, muchos adolescentes llegan a la edad adulta sin tener ni la más remota idea de lo que implica estar enamorado y lo focalizan en el deseo sexual y muy poco más. Incluso, muchísimos adultos andan toda su vida muy perdidos a este respecto. De ahí la elevada tasa de separaciones y divorcios, claro.

El placer sexual femenino es mucho mayor que el masculino

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