Revista Viajes

El plan es que no haya plan

Por Evangelina Gonzalez Rodriguez @evanocaterli

La necesidad de tener todo bajo control

Es desesperante sentir que no puedo controlar lo que me sucede, no poder predecir la tarde. No saber donde comeré, donde dormiré o con quién me encontraré.

A veces me siento perdida, no se que voy a hacer, las conexiones fallan o no se ajustan a mis planes previstos.

Yo me pregunto ¿qué me ha faltado desde que he nacido en este mundo?
Primero: no elegí nacer, no elegí mi familia, ni mi escuela, ni mis amigos, ni mi casa. Absolutamente nada. Todo surgió así ¿porque ahora tendría que ser diferente?. Me pregunto. Te pregunto.

20141001_121056

Es así, si no puedo ir a Londres o a Venecia cuando quiero, porque los trenes no coincidían y por el contrario termino en la costa francesa gracias a un chico que me recomendó el lugar en el tren, es por algo. ¿Realmente creo que es simplemente un accidente? ¿es así o es toda una magnificencia que la vida me regala?

Está bien, donde esté está todo bien.

No llego a un lugar por casualidad, no me encuentro con la demora de un tren por coincidencia, no existen las provabilidades, voy donde dios (la palabra dios les choca a algunos, sorry) me guía. El más mínimo cambio que yo influencie, tarde o temprano será encaminado hacia el destino que fue predicto, y tengo dos opciones: o mirarlo todo desde la negatividad y quejarme de lo que “me sucede”, o disfrutar y saber que estoy bien aquí o en donde sea.

Callar la vocecita insoportable.

Yo siento que he encontrado mi lugar, es Alemania. Allí tengo todo lo que alguna vez deseé: un hogar, un trabajo divertido, amigos espléndidos, una banda, dinero, actividades, un bosque, deportes. Sin embargo una parte de mi quiere desafiarse a si misma, quiere volar y recordar que es libre, que es hija de la perfección y la abundancia. A veces me dejo llevar por esta parte, me divierto bastante no lo niego. aunque en algunos momentos una vocecita me molesta diciendo: “es peligroso, tenemos que dormir en algún lado, no se puede, te ves ridícula y hippie, no preguntes seguro molestás” ¿y sabes que? hoy me cansé, hoy le digo: fuck off!!!!!

Hoy confío.

Nada en la naturaleza corre peligro. Cuando tu final llega, es porque así tenía que ser ¿para qué andar temiendo crónicamente?.

Soy como un pájaro, me gusta imaginarme como un águila, al que su universo le regala todo, lo enseña a volar. A él nunca le falta la comida, a él lo lleva el viento y los climas, a él lo guían cosas externas que sabe interpretar. Quiero ser como él, en realidad no es un deseo, nunca dejé de ser parte de ese abismo protector.

Otro ejemplo podría ser el árbol. Una semilla cae, la lluvia lo riega, el sol lo alimenta. La diferencia es que el árbol no está pensando constantemente: “ tengo que comer, tengo que crecer, tengo que sacar hojas” no funciona de esa manera. Él simplemente es un árbol y cumple su función, no puede tener el sueño de ser abogado, no puede exigirse y querer cumplir metas, porque su propósito ya está marcado por una inteligencia superior.

Flasheadas de pasar 9 horas arriba de un tren.

Quizás la gente piense que estoy desvariando, que solo tengo 20 años, que la vida no es así como la planteo. Pero yo tengo un plan que no me ha fallado. El plan es que no haya plan.

La necesidad de tenerlo todo bajo control, es solo una ilusión, sigo cumpliendo mi propósito innato y por ahí quizás ni me di cuenta.

Y de paso, si vas a perder el tiempo, hacelo en mis redes sociales:

El plan es que no haya plan El plan es que no haya plan El plan es que no haya plan Resultado de imagen de instagram boton

Quizás te interese:

Seducida por la vida

Adiós a un amor

¿Nimiedades?


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista