Título: El planeta de la noche eterna
El escenario es un futuro hipotético en el que la humanidad ha constituido la Confederación Solar, que agrupa a los diferentes mundos habitados y ha logrado una época de paz, bienestar y prosperidad en el que los humanos viven con sus necesidades cubiertas, habiendo desterrado la pobreza, el hambre y las enfermedades epidémicas.
En este marco, la trama arranca a bordo de la Mézières, una astronave de línea, homóloga a un trasatlántico actual, en el que viaja, por negocios o por placer, un pasaje variopinto: una excursión de alumnos de la escuela Armstrong & Aldrin, una estrella del cine de acción, una afamada actriz porno, un político en desgracia o dos jovencitas que representan la sociedad acomodada y hedonista (narcisismo, obsesión por la estética, cabellos teñidos, ropa a la moda, adicción a las compras... La imagen que asociamos a barrios de tendencias como el de Shibuya, en Tokio). La nave posee zonas verdes, áreas de recreo y comerciales, y grandes cúpulas acristaladas, por las que contemplar "los fuegos artificiales" (los continuos impactos de los asteroides en el escudo protector), ilustrando el esplendor que han alcanzado la humanidad y la sofisticación de los viajes interestelares.
Piñeiro caracteriza a la Confederación como una cultura en la que el mestizaje ha hecho desaparecer los fenotipos actuales, y las personas combinan nombres y apellidos de distintas raíces (Federico Chao-Li, Luke Viño, George Ramírez, Carlos Ngüe) de modo que la humanidad se ha homogeneizado por encima de diferencias étnicas, raciales y nacionales.
Naturalmente, y esto da lugar a la trama, hay descontentos con este escenario. La Unión Solar, enfrentada a la Confederación (los nombres Confederación-Unión nos recuerdan a la Guerra Civil estadounidense). Por ello, un grupo terrorista, el Frente de Liberación de la Unión Solar, sabotea la Mézières y la secuestra, forzándola a aterrizar en el Planeta que da nombre a la novela. Como veremos, una de las discrepancias de los unionistas es precisamente el rechazo al mestizaje de la Confederación, que consideran degenerado.
"Es difícil de creer que sois seres impuros, fruto de una demencial y decadente mezcla racial. Pero este último mes, os estuve observando. Sois unas niñas malcriadas, y lo único que os preocupa es ir bien vestidas y estar bien maquilladas. [...] Sois un pueblo decadente, de pijos repelentes, de niños consentidos..."
Los unionistas no contaban con la gran heroína de esta historia: Josephine Joe Blazer, ex-militar y oficial de seguridad de la nave. Una mujer llena de recursos, luchadora experimentada, valiente, decidida y con un aplomo a toda prueba, que irá deshaciéndose de sus enemigos mientras los desquicia con sus jugarretas, al mejor estilo de los thrillers de secuestros terroristas (como la saga cinematográfica "Die Hard") .
Pero ya comenté que "El planeta de la noche eterna" es una combinación de subgéneros, y la escaramuza entre Blazer y los unionistas es solo parte de la trama. En el planeta, en eterna oscuridad por ser un vagabundo, que no orbita en torno a una estrella, encontraremos los restos megalíticos majestuosos de unos seres alienígenas, de antigüedad incalculable, que se identifican como "los dioses del orden" y los dioses del caos". Una línea argumental que conduce a la novela por el camino de la Space Opera más épica, en la tradición de historias sobre culturas alienígenas ancestrales y arcanas.
Y aún más, disfrutaremos de otro subargumento: la presencia en el planeta de los tripulantes de la Caronte VIII, una astronave procedente de los viejos tiempos de la exploración espacial, cuyos tripulantes han despertado tras siglos de hibernación. Vemos cómo, siendo de una época pretérita, conservan todos los rasgos distintivos que la humanidad ha perdido con el tiempo: sus fenotipos e idiomas puros. De ellos, el japonés Azuma Saito hará el papel de desahogo cómico, con su lenguaje soez aprendido viendo pornografía de manera intensiva.
El gran logro de"El planeta de la noche eterna" es que las líneas argumentales confluyan y se unan de manera armoniosa, con lo que el mosaico de subgéneros (Thriller, Ópera Espacial, Anticipación) resulta finalmente grato y atractivo.
La mejor manera de tipificar la novela de Eugenio Piñeiro es decir que tiene un desarrollo muy cinematográfico y muy visual. La Ciencia-Ficción de Piñeiro es, a mi juicio, más deudora del cine y el cómic que de la literatura. Ahí está el homenaje a Jean-Claude Mézières, ilustrador de la serie de cómics "Valerian: agente espacio-temporal", o a Giger, que da nombre a uno de los terroristas y cuya influencia se reconoce en los dioses del planeta y sus construcciones.
Es destacable el nivel de violencia de "El planeta de la noche eterna", que incluye asesinatos a sangre fría y en gran número, cadáveres crucificados, descripciones muy explícitas de heridas de bala y armas blancas, y escenas que llegan al gore, como una dantesco combate entre las criaturas llamadas "dioses". Fallecen numerosos personajes, y se puede considerar una novela violenta, aunque se ve suavizada por momentos de humor, que relajan la tensión, lo cual es un recurso narrativo clásico, que el autor administra bien, a mi parecer.
Eugenio Piñeiro dota a su texto de un ritmo muy vivo, y es notable la agilidad narrativa, adecuada a la orientación thriller de la novela. Los diálogos logran que cada personaje tenga su propia voz, y contribuyen a proporcionarles profundidad.
Hablando de esto, los personajes están cuidados, intentando que tengan su propia personalidad y motivaciones, lo cual es meritorio, dada lo nutrido del reparto. Son fácilmente reconocibles, porque cumplen los papeles habituales en este tipo de historias.
El hecho diferencial de la obra de Piñeiro es que los papeles principales los encarnan mujeres, verdaderas heroínas de acción. La capitana Joanna laRue, muestra de entereza, responsabilidad y fidelidad a su cargo. La actriz porno Laurasia Race, que se revela como una persona inteligente y práctica, además de una figura maternal y entregada con los niños; la propia Joe Blazer o la joven Alisha Mishura, que sufre una metamorfosis de niña bien ociosa y remilgada a guerrillera capaz de empuñar y disparar un fusil de asalto. Por contraposición, Ruttiger House, el actor que en la ficción encarna a héroes de acción, se convierte en un personaje cómico por su cobardía y pusilanimidad.
Por último, creo necesario resaltar que Piñeiro mantiene el rigor científico en su texto, tanto en las cuestiones astronómicas como en las relativas a la Física: desde las características de un planeta vagabundo, como su ausencia de núcleo caliente, elementos como las velas solares o el hiperespacio, hasta las más sencillas, como el retroceso de las armas de fuego y su efecto en la trayectoria de los proyectiles.
En la parte formal, se notan ciertos aspectos a mejorar, como errores de puntuación (símbolos de interrogación en vez de exclamación, alguna coma de más), o palabras repetidas o fuera de lugar. Entiendo que esto se puede resolver fácilmente revisando el texto, y no es algo que desvirtúe el resultado final en exceso, habida cuenta que no hay otras máculas que referir.
En resumen, "El planeta de la noche eterna" me parece una buena Space Opera, con un planteamiento valiente por parte de su autor, al combinar varias subtramas y elementos de distintos subgéneros; al manejar una nómina de personajes amplia, y al romper los convencionalismos del género poniendo a una mujer al frente de la historia. Por otra parte, el escenario de la Confederación Solar es propicio y lo bastante sugerente como para que Eugenio Piñeiro ambiente en él nuevas historias.
Dónde conseguirlo: Está a la venta en Amazon, en formato digital, a un precio de 3,94 euros. En Wattpad está disponible el segundo capítulo, "El accidente de la Mézières".
Enlaces de interés: Eugenio Piñeiro tiene perfil en Google+ y en Facebook.
Administra varios blogs, titulados como sus novelas, en los que existe más información sobre esta y otras obras suyas. También podéis conocer su faceta de ilustrador (la portada de la novela y las imágenes de esta reseña son también de su autoría). Son "El polizonte del Philadelphia", "La asesina escarlata", "El heraldo del caos" y "El planeta de la noche eterna".
Llegamos así al final de esta reseña, con la que quería compartir con vosotros el descubrimiento de este prometedor escritor de Ciencia-Ficción y de su universo literario. Nos leemos!