- Marina Muñoz Cervera -
El plátano ha sido la inspiración de muchos artistas; una musa para escultores, pintores y fotógrafos: así podemos verlo en la obra que ilustra esta entrada, es una hermosa composición fotográfica surrealista basada únicamente en la mencionada fruta.
La botánicamente llamada “Musa paradisiaca” (hoy en día existen multitud de híbridos a partir de las especies “acuminata” y “balbesiana”), popularmente conocida como platanera, produce unas falsas bayas también llamadas bananas, guineos, topochos, cambur, etc. (1).
Perteneciente a la familia Musaceae, que incluye más de 150 especies de plantas herbáceas, algunas de gran tamaño, Carlos Linneo (Carl von Linnés) dio el nombre de “paradisiaca” a esta especie botánica porque según las leyendas orientales era el Árbol del Bien y el Mal o el Árbol del Paraíso. En el año 79 después de Cristo, Plinio, nos habla de su sabor delicioso y de su importancia como alimento, ya utilizado por los antiguos sabios de la India. En la antigüedad, el plátano era considerado como un alimento dietético de primer orden y ha sido la base alimenticia de algunos pueblos de las Antillas, África intertropical y el Archipiélago Malayo, con el mismo valor que el trigo para los pueblos europeos y el arroz para los asiáticos (2).
La platanera, aunque es mencionada en las leyendas como un árbol, es una “megaforbia”, es decir, una hierba gigante de talla alta (1).
Es la fruta intertropical más consumida en el mundo y destaca por su contenido en potasio, entre otros minerales como calcio, magnesio, fósforo, níquel, cloro, flúor, hierro, iodo, zinc, selenio, cobre y sodio. Su riqueza vitamínica se centra en su contenido en Vitamina C y equivalentes carotenoides aunque tiene pequeñas cantidades del resto de las vitaminas, excepto D y B12 (3).
Es, por tanto, un alimento con una función sobre todo reguladora en nuestro organismo, ya que nos aporta fundamentalmente vitaminas y minerales; sin embargo, por su contenido en almidón (3,7 gramos/100 gramos de porción), nos proporciona energía duradera, siempre y cuando la fruta no esté demasiado madura, es decir, mantenga su color blanco cremoso; si ha madurado en exceso (la pulpa se oscurece y se vuelve marrón) el almidón sufre transformaciones hacia azúcares simples, su composición se modifica en este sentido, sumándose éstas últimas a las que ya de por sí contiene (17,6 gramos/100 gramos, del tipo glucosa, sacarosa y fructosa) y nos aportará energía de poco tiempo de duración (3).
Su contenido calórico no supera las 95 kcal por 100 gramos, a pesar de ello tiene fama de muy calórico y de engordar; nada más lejos de la realidad. Tenemos que tener en cuenta que 100 gramos de plátano contienen 75,3 gramos de agua (3).
Por ello, debemos incluirlo en la cesta de la compra entre nuestras frutas pues su carnosa pulpa hace las delicias de los más pequeños y puede ser un vital desayuno para los adultos.
Enlaces relacionados:
Banana o plátano.
Un perro esculpido en un plátano.
Con las frutas se puede hacer arte: El protagonista es el plátano.
Fuentes:
(1) Musa paradisiaca
https://es.wikipedia.org/wiki/Musa_%C3%97_paradisiaca
(2) Pío Font Quer. “Musáceas”. El Dioscórides Renovado. 4ª Edición. Págs. 948-949. Ediciones Península. Barcelona 2002.
(3) Ortega RM, López-Sobaler AM, Andrés P, Requejo AM, Aparicio Vizuete A, Molinero LM.
DIAL software for assessing diets and food calculations.
Departamento de Nutrición (UCM) y Alce Ingeniería, S.L.
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