Una persona que desconfía de sí misma y de sus posibilidades, bien sea por experiencias que han tenido y así se los ha hecho sentir o por mensajes que les han trasmitido personas que son importantes en su vida, posee un nivel de autoestima bajo, que hace que esta persona se dirija al fracaso y a la derrota, ya que si no tiene confianza en sí mismo, cómo podrá transmitir que los demás sí confíen en él.
Si la persona no siente la seguridad en sí mismo de que es capaz de realizar una actividad, simplemente no la realizará para no arriesgarse a perder y esto a su vez podrá generar una gran frustración. De igual manera si la persona se compara frecuentemente con los demás, se desvaloriza a sí misma porque piensa que los otros tienen más capacidades que él. Se debe hacer una evaluación a sí mismo respecto a las metas que se han trazado y a las que se han logrado alcanzar y no mirar lo que otros realizan ya que eso dañará su autoestima.
También una persona con baja autoestima puede mostrarse dominante para ocultar sus debilidades ante los demás y su falta de seguridad, no pide ni acepta opiniones y trata de imponerse para mostrarse superior, pero la verdad es que piensa que es más débil que los otros y si dejan que emitan sus opiniones, dejarán por el suelo sus ideas.
La importancia de todo esto radica en que el éxito o fracaso en la vida depende en gran medida de la confianza que se tenga uno mismo y la manera en que la persona se acepta y se valora puede moldearle la vida. Si una persona siente que sus logros han igualado sus aspiraciones, se sentirá satisfecha consigo misma y orgullosa, podrá realizar cualquier otro proyecto que tenga en la vida con plena confianza para conseguirlo.
Una manera que el individuo pueda aumentar su autoestima es incrementando sus logros y disminuyendo sus aspiraciones, trazándose metas más factibles y realizables en un corto plazo, para ir sintiendo que va logrando algo, cosechando logros, mejorando su autoestima y poco a poco podrá ir aumentando sus aspiraciones ya que tendrá más confianza en sí mismo. Si la persona confía en que puede resolver sus conflictos sin tener miedo al riesgo que pueda tener de fracasar ante las dificultades que se presentan, se puede decir que ha desarrollado una buena autoestima.